in Revista Chilena de Antropología
De la mirada, la escritura y el habla. Un ejemplo de acercamiento interdisciplinario a diversas modalidades narrativas de las Misiones Capuchinas (italianas) de la Prefectura Apostólica de La Araucanía (1848-1901)
Resumen:
Una fotografía tomada en el siglo XIX por el fotógrafo Rodolfo Knittel Reinsch en un lugar de la zona sur de Chile (actual Región de los Ríos, Chile) y que registraría un encuentro – trawün como un acto político ritual llevado a cabo bajo dos lógicas distintas, comprometiendo las relaciones de dos mundos de fines del siglo XIX– es el punto de partida para una investigación en de diversas fuentes de archivo textuales y visuales. Nuestro planteamiento es qué bajo análisis y cruces entre imágenes y documentos, se podría conocer y reflexionar sobre ciertos acontecimientos que se dieron entre la sociedad mapuche y las misiones de los hermanos Capuchinos (italianos). Se busca pesquisar coincidencias y distancias entre fuentes textuales y visuales bajo preguntas como: ¿Qué sincronías y desajustes se dan entre situaciones descritas o representadas en textos e imágenes? ¿Cuáles serían las relaciones de significación entre un corpus de textos y un conjunto de imágenes para una lectura e interpretación de ciertos procesos y acontecimientos? ¿El establecer vínculos entre el habla, la escritura y la mirada implicaría una contribución para una mejor comprensión de las relaciones entre mapuche y Capuchinos?
1.TRES MODALIDADES NARRATIVAS: DEL HABLA, LA ESCRITURA Y LA MIRADA
Esta investigación toma como punto de partida una fotografía. Se trata de una imagen tomada en el siglo XIX en un lugar de la zona sur de Chile (actual Región de los Ríos, Chile) por Rodolfo Knittel Reinsch ( Imagen 1 ). La toma muestra un grupo de hombres y mujeres mapuche y algunos misioneros de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos 1 . Nuestro planteamiento es que el evento que se muestra a través de una evidente puesta en escena remite a un “encuentro” como un momento específico de las relaciones políticas y sociales entre el mundo mapuche y una orden misionera 2 . Este “encuentro” sería lo que desde el punto de vista mapuche se podría nombrar como un trawün, término que define una reunión de gente, un lugar para una “junta” y también “juntarse dos cosas separadas” (Augusta 1966: 228). Una reunión como esta, tendría entonces contenidos sociales y políticos, en vinculación con aspectos rituales. Así, nuestra propuesta es que en esta imagen se registraría un “encuentro” – “trawün” como un acto que, bajo dos lógicas distintas, comprometería las relaciones de dos mundos de fines del siglo XIX y donde, bajo gestos específicos, se busca representar un pacto que se estaría llevando a cabo. Para Foerster, Menard y Milos, estas instancias son fundamentales para la “reproducción de la sociedad mapuche” en cuanto a que permitían “reestablecer equilibrios internos”, al operar como limitantes del poder de los caciques, debido a que “…no pueden tomar ninguna decisión que comprometa a más de un cacique sin pasar por una ‘junta’ (trawün), en la cual participan un ‘con-junto’ de caciques y mocetones”, y en ocasiones mujeres y niños (2006: 16, 46).
En este contexto estas relaciones no estarían exentas de conflictos y contradicciones, ya que es un momento que históricamente compromete complejos procesos como la ocupación por parte del Estado chileno de las tierras mapuche al sur del río Bío – Bío (Región de Bío – Bío, Chile) y junto con ello, la instalación y avance de las misiones católicas en estos territorios. Bajo la sombra y el follaje de un gran árbol, estos dos mundos, entremezclados, se reúnen, intercambian gestos de reconocimiento y evidentemente posan para una toma fotográfica cuidadosamente compuesta por Knittel.
Considerando estos antecedentes este trabajo se aboca a una pesquisa de diversas fuentes de archivo, para generar una lectura cruzada, entre relatos (orales o escritos) e imágenes (específicamente fotográficas, pertenecientes a diversos corpus de archivos nacionales y extranjeros) para intentar conocer y reflexionar sobre ciertos acontecimientos y relaciones que se dieron entre la sociedad mapuche y las misiones de los hermanos Capuchinos (italianos), a fines del siglo XIX 3 . El abordaje de esta diversidad de materiales bajo diversas metodologías de análisis le otorga a esta investigación un carácter interdisciplinario. Así, nuestras preguntas de investigación se centran en la intersección y confluencia de lo que hemos definido como tres modalidades narrativas: el habla, por ciertos relatos entregados oralmente y registrados en diversas crónicas; la escritura contenida en documentos y textos; y la mirada, materializada en imágenes fotográficas. Se busca comprender cómo se articulan estas modalidades narrativas bajo ciertos desfases, desplazamientos, sobre posiciones y contradicciones que muchas veces se presentan cuando intentamos conocer o reconstruir un acontecimiento histórico con particulares consecuencias y matices sociales y políticos. Nuestra indagación intenta explorar coincidencias y distancias, entre estas fuentes textuales y visuales bajo preguntas como: ¿Qué sincronías y desajustes se dan entre las situaciones planteadas o representadas en texto e imagen? ¿Cuáles serían las relaciones de significación entre un determinado corpus de textos y un conjunto de imágenes para la lectura e interpretación de determinado procesos, relaciones y acontecimientos? ¿Cómo se podría contribuir para una mejor comprensión de ciertas implicancias y consecuencias al establecer relaciones entre el habla, la escritura y la mirada?
2.LA FOTOGRAFÍA COMO LUGAR DE ENCUENTRO Y CRUCES CON LA HISTORIA
Para intentar responder estas preguntas nuestro camino investigativo se inicia con una imagen fotográfica específica considerando especialmente la posible información histórica que habría tras ella, cómo, por ejemplo: el escenario y los personajes, el acontecimiento retratado, la situación particular, el contexto. Nuestro planteamiento es que, el pensar sobre la imagen como un lugar de encuentro con la historia implicaría cruces que habilitan la incorporación de nuevos antecedentes y perspectivas para la comprensión de las complejas relaciones que se dieron, en su momento, entre estos dos mundos tan disímiles y heterogéneos, sobre todo porque compromete una modalidad narrativa propia de la mirada y una narrativa del habla y la escritura. En este caso el concepto de encuentro se utiliza para nombrar situaciones de combinaciones, asociaciones y cruces, ahora en vinculación de construcciones visuales y textuales de determinados eventos contados bajo diversas modalidades narrativas.
Se utiliza el término “historia” en un sentido amplio, que abarca desde enunciados narrativos hasta gestos descriptivos que hacen posible, contar y desplegar parte de una historia, en este caso de los mapuche y los misioneros capuchinos en Chile, a fines del siglo XIX, pero también como relación entre los acontecimientos pasados y presentes 4 .
Conjuntamente, se utiliza el término “imagen” también en sentido amplio, destacando su condición de representación, es decir que instala en un presente un acontecimiento ocurrido en un pasado bajo ciertas modalidades. En este caso, se trata de una imagen fotográfica, por lo tanto estamos hablando de una representación que se define un sistema convencionalizado de representación visual que se produce de acuerdo a dispositivos y procedimientos visuales propios de lo fotográfico. Como imagen sus significaciones y posibles lecturas, estará siempre en dependencia de los contextos y soportes donde es utilizada (Alvarado 2019)
Existe una fuerte vinculación entre historia y fotografía, que se remonta a la valoración que se ha hecho de la imagen fotográfica con relación a su impacto en la historiografía contemporánea (Burke 2005; Kracauer 2010). Bajo esta idea, se ensaya un modelo de trabajo que busca vincular fuentes escritas – que contienen a ciertas oralidades – con fuentes visuales. Entre estas modalidades narrativas no siempre se pueden generar coincidencias, y muchas veces surgen contradicciones e interpretaciones que se distancian y anulan mutuamente, sobre todo si se considera que la fotografía es una creación cultural, que como imagen técnica está sometida a procesos de producción y circulación que de manera permanente la significan y resignifican (Alvarado, Mege y Báez 2001). Para el mundo mapuche, ejemplos notables de estas situaciones resultan los textos de viajeros como Paul Treutler (1958) y Edmond Reuel Smith (1914) quienes en 1851 y 1855, respectivamente, se desplazan por la región de La Araucanía en Chile, realizando algunas tomas pre fotográficas y fotográficas del mundo mapuche. Smith habría viajado con una cámara oscura con la que se habría auxiliado para hacer varios registros que posteriormente publica como grabados en su texto “The Araucanians: Or Notes of a Tour Among the Indian Tribes of Southern Chili” (1855). Por su parte Treultler en sus últimas “andanzas” por la zona lacustre de Chile, viaja acompañado de un fotógrafo, quien realiza varias tomas de los mapuche, material que se perdió después de un infortunado episodio donde fueron tomados prisioneros y del cual escaparon gracias a la ayuda de un longko mapuche. En ambos relatos, se observan interesantes desfases, desajustes notables y muy poca correspondencia entre las situaciones narradas en el texto y las construcciones visuales mostradas en las imágenes. Así, estos ejemplos pueden referir a diversas lecturas y miradas que se materializan al momento de escribir y hacer fotografías, que pueden converger u oponerse.
Por otra parte, teóricos y estudiosos han establecidos ciertas analogías entre lo escrito y lo visual que afectan a la historiografía y los medios fotográficos (Berger 1974; Belting 2012). Las motivaciones de historiadores y fotógrafos, así como los puntos de vista de cada uno, sus concepciones en términos teóricos y metodológicos para comprender y reproducir ciertos acontecimientos (que dan luz a un proceso histórico, aunque no lo explican por completo), son aspectos que nos pueden ayudar a pensar “a través de las cosas”, más que por “encima de ellas”, haciendo posible que ciertos fenómenos pasajeros del mundo exterior sean redimidos del olvido (Kracauer 2010: 220). Paralelamente, si queremos que la fotografía pueda ser considerada como documento histórico al igual que otras narrativas contenidas en documentos y oralidades, es necesario dar una cabida especial al “impacto de la imagen en la imaginación histórica”, generar así una visión del pasado de un modo más vivo (Burke 2005: 16). De esta manera, nuestro planteamiento es que la contextualización de una imagen específica, más otras fotografías evidentemente relacionadas, junto con potenciar la condición de documento de esta representación visual, abre un camino para responder las preguntas planteadas 5 .
3.IMÁGENES Y DOCUMENTOS. UN ABORDAJE INTERDISCIPLINARIO AL ARCHIVO PROVINCIA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS DE LOS HERMANOS MENORES CAPUCHINOS (OFMCAP)
Bajo las vinculaciones descritas entre historia y fotografía se concretó, entonces, nuestro trabajo en el Archivo Provincia de San Francisco de Asís de los Hermanos Menores Capuchinos 6 . Desde nuestras distintas disciplinas, un desafío fue encauzar nuestro trabajo a partir de la imagen fotográfica que había iniciado nuestras investigaciones, para desde allí seguir abordando la gran cantidad de materiales disponibles para cumplir con los objetivos planteados respecto de las tres modalidades narrativas definidas.
De acuerdo con estas perspectivas de trabajo se consideró que un archivo implica un acto de reunión, acumulación y orden de determinados materiales, el cual se lleva a cabo bajo el mandato de una autoridad o una institución – en este caso la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos – en un lugar específico, en esta ocasión, el Archivo de la Provincia de San Francisco de Asís, en Santiago de Chile. Si consideramos que el archivo forma parte de las prácticas sociales del siglo XIX y posteriores, no solo debemos tener en cuenta su sentido acumulativo, si no, sobre todo, entender que bajo esas prácticas sociales se ordena y sistematiza determinada cantidad de documentos textuales y visuales de acuerdo con criterios y voluntades azarosas y muchas veces arbitrarias (Alvarado 2011). Las ambivalencias presentes en cualquier archivo pueden oscilar en la percepción y valoración de los sujetos y acontecimientos comprometidos en los materiales y documentos conservados, que puede moverse desde su consideración como “capital patrimonial” asociados a principios de identidad y autoctonía, hasta transformarse en “mero restos de una vida o una cultura indígena que persiste” arrinconada en los márgenes históricos y políticos de una sociedad (Menard 2011:316)
Una lectura cruzada de los materiales de un archivo y sobre todo de un corpus documental específico como conjunto acotado permitiría, ir más allá de la condición de insumos de las fuentes, para establecer relatos interiores a modo de sistemas narrativos autónomos que pueden complementarse con análisis históricos y estéticos. Es nuestro planteamiento que la complementariedad de métodos en el abordaje de fuentes de distinta naturaleza – visuales y textuales – presentes en un archivo sin duda hace posible el desarrollo de potencialidades metodológicas, permitiendo la comparación de resultados a partir de los distintos documentos (Inostroza 2018), promoviendo una visión crítica, enfocada a la comprensión no solo del acontecimiento y los personajes si no, sobre todo de posibles relaciones entre corpus de distintas materialidades y modalidades narrativas.
En este sentido, el archivo OFMCAP se presenta como un espacio polifacético en el que confluyen temporalidades, agentes, materialidades, entendiéndose un archivo como “conjuntos orgánicos de una o de varias entidades productoras” (Fuster 1999: 111), que, en este caso, dan cuenta de las variadas actividades de los misioneros capuchinos en el sur de Chile, junto con las experiencias vividas y los conflictos enfrentados. Como conjunto se constituye en un campo de trabajo variado y diverso, en el que se resguardan narraciones textuales u orales, así como imágenes, que llegan a ser un “testimonio que ofrecer acerca de la organización y la puesta en escena de los acontecimientos grandes y pequeños […]” (Burke 2005: 177). Aquí surge una nueva analogía entre historia y fotografía, entendiendo que el análisis de una imagen específica, permite acercarnos a algunos aspectos de un periodo particular de la historia de Chile, marcado por de los procesos de ocupación del Estado chileno de los territorios mapuche y de parte de la historia por la presencia misional capuchina de una época. Así, en un movimiento de cámara, desplazándonos desde un enfoque de lo particular a uno más amplio y general, se confirma que “lo grande puede ser adecuadamente reproducido solo mediante un permanente movimiento desde el todo hasta algún detalle, y nuevamente hacia el todo, etcétera…” (Kracauer 2010: 157). Frente a esto y de acuerdo con nuestras diversas experiencias de trabajo en archivos se reiteran interrogantes como: ¿cuáles podrían ser las relaciones de significación entre un determinado corpus de textos y un conjunto de imágenes? ¿El establecimiento de relaciones de significación entre el habla, la escritura y la mirada, podrían contribuir a una mejor comprensión de los matices, implicancias de las complejas relaciones entre capuchinos y mapuche?
Para responder las preguntas y objetivos planteados en este trabajo, nuestra propuesta incluye la articulación de un relato donde los acontecimientos son siempre “algo contado”, en este caso, no solo a través de las palabras, sino también de la mirada (Rancière 2017: 46). De acuerdo a una estrategia que combina una exploración y análisis interdisciplinario: histórico – estético – antropológico sobre un corpus específico de documentos visuales y textuales del Archivo OFMCAP, se busca romper el círculo que implica una historia de superficie enfocada en un acontecimiento o un personaje referenciado por cierto tipo de documentos que incluye aquella “oralidad” registrada en los testimonios mapuche recogidos y transcritos por los capuchinos, intentando “contar” determinados aspectos de las relaciones misioneros-mapuche.
3.1.Recorridos investigativos de ida y vuelta: de la mirada, a la escritura y el habla
Bajo el movimiento de cámara propuesto de lo particular a lo general, en recorridos investigativos de ida y vuelta, bajo estrategias interdisciplinarias ya definidas, se llevarán a cabo algunas lecturas cruzadas para intentar comprender como se articulan mirada escritura y habla como modalidades narrativas que comprometen escenarios y personajes bajo situaciones y relaciones políticas y sociales específicas.
Como se planteaba al comienzo de estas reflexiones estos recorridos se inician con la mirada, es decir con una imagen fotográfica que forma parte del extenso corpus visual conservado hoy en el Archivo OFMCAP. ( Imagen 1a ) Esta es una fotografía en formato positivo papel (25 x 18 cm), que de acuerdo con la información que la documenta se trataría de una copia realizada por el hermano José Brim, quien se dedicó por muchos años al rescate y reproducción del patrimonio visual de los Capuchinos 7 .
En esta toma se retrata un grupo de personas bajo un roble de grueso tronco y con un follaje tan amplio y frondoso que sus ramas se proyectan fuera de los límites de la fotografía 8 . Cerca de una veintena de hombres mapuche de pie, vistiendo sus mantas tejidas, se despliegan desde el centro hacia los costados, algunos sujetando su sombrero de paño en una mano. Llama la atención a la derecha del grupo, un joven vestido con pantalón y chaqueta que sostiene además un libro. Entremezclados, también de pie, se pueden distinguir con sus hábitos oscuros, sus clásicas capucha, su cíngulo atado a la cintura y sus largas barbas, cinco sacerdotes pertenecientes a la Orden Franciscana Menor, Hermanos Capuchinos. Al centro, dos personajes se estrechan las manos, a la izquierda un misionero capuchino, a la derecha un longko mapuche, que a través de su vestimenta de traje, bastón y sombrero rebela su jerarquía (Imagen 1). Completan el grupo varias mujeres y niños de pie y sentados, distribuidos en grupos al costado y delante de los hombres de pie. Llevan oscuras indumentarias sobre las que destacan sus joyas de plata. Detrás de todos estos personajes se reparten cuatro caballos, apenas asomando sus orejas, cuellos y lomos con monturas.
Desde el punto de vista estético – fotográfico esta imagen está construida por un encuadre compuesto en un plano general y ángulo frontal. Los personajes están dispuestos en este espacio en una cuidada coreografía, posando – de pie o sentados – mirando directo hacia la cámara, o proyectando su mirada hacia los límites de la imagen. Compositivamente, el espacio fotográfico está configurado por un eje vertical, que coincide con el tronco del árbol y los dos personajes centrales, al que se oponen tres campos o áreas horizontales: uno superior ocupado por el follaje del árbol, otro inferior y opuesto donde se extiende el suelo de hierba. En el campo intermedio se ubican los personajes que se despliegan desde el eje central hacia los costados, acentuando la oposición entre los elementos verticales y horizontales visualmente definidos ( Imagen 2 ). El uso de estos dispositivos visuales – encuadre, plano y ángulo de toma
– junto a los procedimientos visuales como pose y escenificación, revelan el esfuerzo y voluntad del fotógrafo en la construcción de una narrativa específica para “contar” un encuentro – trawün entre misioneros capuchinos y mapuche.
Esta es una fotografía relativamente conocida y de la cual se tenían antecedentes por investigaciones anteriores. No fue una sorpresa encontrarla en el archivo capuchino. En alguna de las copias que se conservan en varios archivos nacionales se registra en una anotación manuscrita que dice: “Camino entre Lanco y Panguipulli. Purulón. Cerca de 1898” 9 . La información que se trataría de una toma realizada en los alrededores de la Misión de San Antonio de Purulón (Región de La Araucanía), en una fecha cercana a fines del siglo XIX, vino a sumarse a la idea que por los gestos, pose y escenario, podría constituir un encuentro – trawün, con toda la solemnidad que requiere un intercambio de saludos entre una comunidad mapuche y un grupo de misioneros, lo que habría ameritado que un fotógrafo registrara este momento (Imagen 1). La autoría de Rodolfo Knittel Reinsch es atestiguada por la inclusión de esta imagen en un álbum fotográfico con tomas de la región de fines del siglo XIX y comienzos del XX, que en un corpus acotado presenta una narrativa visual especialmente pensada para la exhibición de vistas, personajes y acontecimientos históricos y sociales de una región (Alvarado y Matthews 2006). Estos hallazgos abren la posibilidad de contextualizar esta fotografía en tres aspectos: autor, fecha y lugar. Estos antecedentes permiten, no solo ir cogiendo el hilo de esta investigación, si no que principalmente, empezar a construir el andamiaje de vínculos y dependencias, entre un corpus de imágenes y una cantidad de documentos.
3.1.1.Sobre el autor de esta y otras imágenes fotográficas: la construcción de una mirada
El reconocimiento de Rodolfo Knittel Reinsch (1876 – 1958) como autor de esta imagen, hizo posible su posicionamiento en ciertas corrientes y estéticas presentes en la producción fotográfica de una época y conocer personajes, lugares y situaciones registrados bajo ciertas estrategias de construcción de la mirada con dispositivos y procedimientos visuales particulares de su modo de hacer ( Imagen 3 ). Reconocido fotógrafo, vivió en Valdivia y viajó permanentemente por el territorio haciendo tomas de paisajes, ciudades y habitantes ( Imagen 4 ). Junto con esta itinerancia visual, un aspecto nuclear de su obra es el registro de acontecimientos y situaciones que impactaron a la región en esos tiempos (Alvarado, y Matthews 2006). Su producción fotográfica se caracteriza por el contraste entre dos estéticas depuradas, una para paisajes y tomas de ciudades y otra para el registro de situaciones propias del progreso o las tragedias naturales. En las primeras, Knittel construye una imagen donde cada elemento está contenido por encuadres meticulosamente compuestos de acuerdo con planos generales donde despliega componentes como cielos, lagos y selvas. ( Imagen 5 ). En la segunda, sin descuidar la composición busca capturar dentro del encuadre aquello que le interesa del acontecimiento, ya sea de los cambios y el progreso – como la construcción del ferrocarril o la urbanización de Valdivia – o de aquellos sucesos naturales trágicos – como el gran incendio la ciudad de 1909 o las inundaciones de 1922 – capturados también por planos muy abiertos y generales, siempre cuidando que los componentes se manifiesten con un efecto de perspectiva adecuado. ( Imagen 6 y Imagen 7 ).
Bajo estas modalidades y estéticas Knittel construye una mirada que aplica también al fotografiar a los mapuche, otorgándole a sus imágenes una condición de registro indesmentible, siendo frecuentemente publicadas en Álbumes, como Tarjetas Postales o como fotografías individuales ( Imagen 8 y Imagen 9 ). Estas tomas revelan como Knittel transita casi como un espectador de determinados acontecimientos y eventos rituales del pueblo mapuche, registrando diversos momentos y situaciones, siempre cuidando encuadres, planos y composición como parte de la construcción de su mirada.
3.1.2.Secuencia fotográfica de un encuentro – trawün: misioneros capuchinos y mapuche en Purulón.
El afortunado hallazgo en archivos de ciertas fotografías directamente relacionadas con nuestra toma en cuestión, hizo posible contextualizar escenarios, situaciones y personajes, donde visualmente se registra un encuentro – trawün que se concreta en gestos, poses y coreografías. Así, bajo un detallado análisis de los fotografiados, fue posible identificar una secuencia de varias imágenes tomadas en este mismo sector de Purulón, y permitió la identificación de cada uno de los misioneros participantes en el evento.
Una primera fotografía publicada en un álbum fotográfico muestra un grupo de mujeres mapuche, algunas de ellas con niños en sus brazos de pie y sentadas en el suelo de hierba. Todas posan dentro de un encuadre con un espacio fotográfico limitado al fondo por tres viviendas – ruka – un conjunto de álamos (Populus.spp) alineados a la derecha y una cerca construida con troncos, que marca un eje horizontal al coincidir en altura con la cabeza de las retratadas. Visten ropas oscuras, están adornadas con sus joyas de plata en cabeza y pecho como trarülongko, trapalakucha, y silkil. A la derecha, dos hombres de pie cierran el grupo casi al borde de la imagen. A la izquierda en primerísimo plano una mata de gramíneas autóctonas, le otorga perspectiva a la imagen, proyectando a los personajes sobre un paisaje que opera como telón de fondo. La etiqueta de esta imagen dice “Indianer von San José”, ubicando el grupo en relación con la Misión de San José de la Mariquina. Al mirar con detención la imagen, esta información es cuestionada ya que este escenario es el mismo de otras fotografías que analizamos a continuación ( Imagen 10 ).
Una segunda imagen muestra un grupo de cerca de 60 personas constituido por hombres y mujeres mapuche, a los que se suman varios misioneros. Nuevamente, bajo la particular estética fotográfica de Knittel, varias mujeres y un par de hombres posan de pie o sentados en el suelo, formando un grupo compacto en un amplio espacio enmarcado a derecha e izquierda por varias ruka, entre las cuales se empinan varios álamos (Populus.spp). Contribuye a este efecto de grupo cerrado una quincena de mapuche montados, todos vistiendo sus mantas tejidas y sus sombreros de paño. La hilera se cierra hacia la derecha con tres misioneros Capuchinos sentados y de pie junto con otros hombres mapuche. En el encuadre de plano general se despliega un primer campo de hierba que proyecta a los fotografiados hacia el fondo del paisaje que vuelve a constituirse en telón de fondo. ( Imagen 11 ). Es un entorno “domesticado”, lo que se evidencia en los grandes espacios despejados de vegetación y en la presencia de los álamos como especie vegetal exógena introducida por los europeos. Junto con el escenario algunos retratados capuchinos y mapuche se repiten en las tres imágenes individualizadas ( Imagen 12 a, b, c ).
Así entonces, estas tres imágenes constituyen una secuencia fotográfica que llamaremos “secuencia Purulón” y que, a nuestro parecer, se articula como una modalidad narrativa desde una visualidad para “contarnos” de un “encuentro” – trawün entre mapuche y misioneros Capuchinos, ocurrido en un momento y lugar específicos, con una evidente solemnidad y significación ritual. La identificación de un autor – Rodolfo Knittel Reinsch – hace posible la contextualización de este evento en sus contenidos sociales, políticos y rituales de acuerdo con la información visual analizada.
Durante nuestro recorrido investigativo, un hecho crucial completa esta secuencia Purulón. Es el hallazgo en el Archivo OFMCAP de una fotografía en modalidad de retrato en donde aparecen cinco misioneros capuchinos ( Imagen 13 ). De inmediato llamó nuestra atención el escenario de la toma donde se distinguía el grueso tronco de un árbol y algunas ramas que se prolongaban por sobre la cabeza de los hermanos. No solo fue evidente que se trataba del mismo roble añoso bajo el cual fueron fotografiados mapuche y capuchinos. Al comparar este retrato con los capuchinos de las imágenes de la secuencia Purulón se comprobó que se trataba de los mismos personajes ( Imagen 14 a, b ). Esta comprobación reafirmó a Knittel como autor, quien trabaja este retrato con un encuadre que enmarca estrechamente a los fotografiados en un plano frontal. Todos posan con gestos que revelan un orden impuesto por el fotógrafo: dos sentados y otros tres de pie a los costados y centro, con una evidente intención de equilibrar la composición.
Así, este trabajo indagatorio en el Archivo OFMCAP y en otros archivos hizo posible hacer diversos análisis y reflexiones sobre una modalidad narrativa de la mirada bajo estéticas específicas. Knittel despliega una estrategia representacional que se materializa en una secuencia fotográfica que permite identificar visualmente la realización de un encuentro – trawün, a fines del siglo XIX en la Misión de San Antonio de Purulón (Región de Los Ríos). Pero, ¿quiénes son estos personajes? ¿Por qué están en esos lugares?
¿Cuáles podrían ser las connotaciones sociales y políticas de este encuentro? ¿Este registro visual podría aportar a la comprensión de ciertas relaciones que se dieron, en su momento, entre misioneros Capuchinos y mapuche como dos mundos tan disímiles y heterogéneos?
Para contestar estas preguntas y otras interrogantes planteadas al comienzo continuamos con una segunda etapa en nuestros recorridos investigativos abordando la narrativa de la palabra, expresada en el habla y la escritura. A través del análisis de diversos documentos conservados en el Archivo OFMCAP, como testimonios, cartas y crónicas, en conjunto con la revisión de diversos textos de historiadores y académicos que han trabajado estos temas, recabamos una serie de antecedentes para reconocer la identidad de algunos personajes e identificar fechas y lugares antecedentes, más allá de la información recogida a través de las imágenes fotográficas.
3.1.3.De lo personajes y lugares: la construcción de unos relatos
En los recorridos dispuestos de lo general a lo particular, un aspecto general se configura con antecedentes sobre la llegada de los misioneros Capuchinos (italianos) al sur de Chile, llamada genéricamente en el siglo XIX como La Araucanía (hoy regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos). Para estas épocas, los procesos de consolidación de la República chilena están inmersos en diversas problemáticas, entre ellas el asunto de la unificación del territorio nacional donde esta zona constituye uno de los espacios en disputa 10 . En estos espacios ocupados por el Estado chileno e incorporados al territorio nacional después de la segunda mitad del siglo XIX, junto con la fundación de fuertes militares y pueblos y la instalación de colonos chilenos y europeos, también se produce la llegada de ordenes misioneras de diversos credos religiosos, principalmente aquellos de la iglesia católica 11 . En 1848, La Araucanía que se encontraba bajo el control de la Orden Franciscana, recibe bajo un convenio “… el envío de doce misioneros de la Orden Capuchina a trabajar a las misiones, con un pago de 29 escudos (o pesos chilenos) al mes, por un plazo de diez años, en el cual trabajaran en la Misión de Chile, en los lugares que se estime conveniente…” (Copia autentica italiana, en el Convento, Legajo I, N°7) (citado en Pamplona 1911: 76). Estos misioneros llegan a la cuidad de Valdivia (Región de Los Ríos) y se hacen cargo del área sur de La Araucanía, separada de la región norte por el rio Cautín. La zona norte sigue bajo la tutela de los Padres Franciscanos. A estos primeros misioneros se sumarán en 1853, cuarenta sacerdotes y hermanos legos italianos (Pamplona 1911: 133-134).
Los Capuchinos italianos combinan para misionar las “correrías apostólicas” y la fundación de escuelas en sus estaciones entre 1848 y 1900, momento en que asume el primer Prefecto Apostólico bávaro, el P. Burcardo de Röttingen, continuando la labor del último prefecto italiano Alejo de Barletta (1893-1900) 12 . Entre las misiones fundadas se puede mencionar Bajo Imperial (1850), Queule (1854), Toltén (1862), Pelchuquín (1864), Purulón (1874) y finalmente, Boroa (1884) (Noggler 1983: 113). Esta etapa se caracteriza por circunstancias difíciles ya que comienza pocos años antes de la llamada “Pacificación de La Araucanía” y se prolonga hasta fin de siglo, haciendo evidente que a los Capuchinos les correspondió actuar en una época de profundas transformaciones de la sociedad en general, como del propio mundo mapuche, en una época en que el Estado chileno, apoyado por el ejército ocupa los territorios mapuche (Pinto 1988; Foerster 1996; González y Llancavil 2017).
3.1.4.La misión de Purulón: escenarios, personajes y sucesos
Considerando que fue mencionada la localidad de Purulón vinculada con las imágenes analizadas, continuamos nuestra investigación para conocer los antecedentes de la existencia de una misión en este lugar a partir de en 1874. Logramos establecer que fue fundada bajo el mandato del Prefecto P. Alberto de Cortona, quien durante una visita pastoral por las provincias de Llanquihue, Valdivia y Arauco decidió ubicar una estación misional en la localidad de Purulón, a orillas del río Leufucade (actual Región de los Ríos) (Pamplona 1911: 254). Fue la primera misión instalada en territorio mapuche después del comienzo de la “Ocupación de La Araucanía” (1861-1883). La voz de padre Octaviano de Nizza se deja oír en el relato de su fundación en 1873 13 : “… con el permiso del Padre Prefecto, me resolví a fundar una nueva Misión entre infieles, en la parte más interior de la Araucanía…”, y agrega que: “… un día resolví marchar en compañía del señor Lucas Mora para hablar personalmente con los indígenas de Cúlcia, distante a catorce leguas, y obtuve del cacique Autín el terreno para fundar la Misión” (Pamplona 1911: 257). Junto con entregar información sobre personajes y comunidades mapuche, revela cómo se decidió el lugar para la misión, ya que a su regreso, al pasar por la comunidad de Purulón a tres leguas de Cúlcia en dirección a San José de la Mariquina, “…el señor Mora, de acuerdo con algunos indígenas, me ofreció un pequeño terreno que me agradó más, por ser lugar más central y haber abundancia de agua y una hermosa selva donde cortar árboles para el edificio; por esta razón lo acepté, con preferencia a Cúlcia” (Pamplona 1911: 258).
El Padre de Nizza especifica que desde el 2 de febrero de 1874 se establece definitivamente en la misión y agregando detalles de su vida religiosa y cotidiana: “La primera cosa que hice fue construir una pequeña casa con leños toscos, cubiertos con yerbas; […] Allí oraba, allí recitaba el divino oficio, y en la casita hacía fuego, cocinaba, comía y dormía. Levante a un lado un pequeño altar para decir la Misa, cuando me era posible, porque la lluvia y el viento entraban por todas partes…” (Pamplona 1911: 259). Pero los conflictos no se hicieron esperar, ya que pronto el misionero se vio hostilizado por las comunidades de Cúlcia y Boroa que se oponían a su estadía en territorio mapuche y cuando el Padre Octaviano comenzó a labrar la madera para la construcción de los edificios, las amenazas aumentaron. En noviembre de 1874, según su relato llega el cacique Cattúgur de la zona de Panguipulli acompañado de los mapuche de la comunidad de Cúlcia con el fin de expulsar la misión bajo la excusa que las construcciones se estaban haciendo eran para el ejército. En el relato del Padre Octaviano se percibe parte de los perfiles dramáticos y complejos de los conflictos que implicaba la presencia de los misioneros y como estos se dirimían bajo las tradiciones y normas propias de los mapuche 14 Así cuenta:
Llegada la noche se reunieron todos alrededor del sitio en el que yo había comenzado mi fábrica y sentados sobre el heno formaron un círculo. El cielo derramaba torrentes de agua, y ellos seguían discutiendo tranquilamente, […] en la mañana se pusieron a jugar al Palín; entonces comprendí que se trataba de la vida o de la muerte. El juego fue muy peleado, y duró hasta la mitad de la mañana, en que la suerte se decidió en mi favor. Sin embargo, el partido contrario no se aquieto, y quería proceder a la ejecución de su cruel proyecto; por cuya razón resolvieron que la cuestión se solucionase por una carrera de caballos; mi vida dependía del éxito. La carrera fue muy animada: dada la salida a los caballos, resulto que vencieron aquellos que estaban a mi favor. San Antonio, a quien me encomendé, me hizo este favor” (Pamplona 1911: 260) 15 .
Pero no solo la “suerte” decidió la permanencia del Padre Octaviano y el permiso para la construcción definitiva de su misión en estos territorios de Purulón, si no que fue también fundamental el apoyo del “cacique Aignauco hombre de mucha reputación.” De esta manera, bajo la paz lograda luego del encuentro de Palin y la carrera de caballos, este misionero pudo “edificar la iglesia dedicada a San Antonio, la casa y la escuela, y al momento comenzar las clases”. A los alumnos se les enseñaba “el catecismo y las oraciones, a leer y escribir, aritmética, geografía e historia patria”, también se les entregaba “todo el material de escuela, vestidos y mantenimiento” junto con la alimentación y la vestimenta (Pamplona 1911:261).
Bajo las narrativas de la escritura y del habla que se cuelan en estos relatos, resulta importante mencionar otro testimonio. Este es el relato de Pascual Coña (1930) longko mapuche quien, años después al contar su vida al Padre Wilhem de Moesbach cuenta un episodio de palin, utilizándolo como ejemplo para destacar la importancia de la “chueca” como práctica ritual para dirimir conflictos:
Antes los mapuche tenían mucho apego a la chueca. Mediante este juego decidían a veces sus asuntos. Decían: ‘Nosotros juzgamos que este asunto debe ser así: pero vosotros decíais no, al contrario. Haremos un palín; el asunto será conforme a lo que diga el partido que gane’. Así pasó una vez, hace tiempo ya, en la Misión de Purulón. Había quienes deseaban la muerte del Padre Octaviano; otros decían que no debían matarlo. Entonces los que aborrecían al padre propusieron: ‘Haremos un palín; si ganamos nosotros, nuestra voluntad se cumplirá: morirá’. Luego resolvieron efectuar la chueca; la llevaron a cabo. Venció el partido que estaba a favor del Padre. Así escapó él y su Misión. ‘Es esta la disposición de Dios’, decían (Moesbach 1936: 29).
Más allá que este testimonio que rescata la tradición oral mapuche que conserva viva en la memoria los sucesos que rodearon la fundación de la Misión de San Antonio de Purulón en 1874, lo interesante es la confluencia de diversos relatos que contienen matices y perfiles que comprometieron las relaciones entre las comunidades mapuche y los misioneros italianos llegados a estas zonas cercanas de San José de La Mariquina y Pulurón (Región de Los Ríos).
Finalmente, es la voz de Octaviano de Nizza que al relatar como “…Dios se dignó bendecir mis fatigas, y San Antonio me asistió con su protección, porque en poco tiempo tuve el consuelo de ver cambiado mis más fieros enemigos en los más cordiales amigos; y aquel paraje, que era una selva inmensa, se ha convertido en una hermosa campiña cultivada, y los indígenas, en su mayor parte, son cristianos” (Pamplona 1911: 261). Este relato revela sutilmente parte de las transformaciones “civilizatorias” de escenarios y paisajes, así como los cambios y devenires en las relaciones entre mapuche y Capuchinos.
En esta línea de investigación de palabras y documentos, se encontró en el Archivo OFMCAP una crónica contemporánea que reúne una serie de cartas escritas por el padre Octaviano de Nizza y que fue publicada en 1890 en L´Araucania – Memorie inedite della missione dei F.F. M.M. Capuccini nel Chili. Estas misivas fueron complementadas con apuntes del hermano Mirandeo que trabajó en conjunto al R. P. Francisco de Luxemburgo, quien se hizo cargo de la misión de San Antonio de Purulón en el año 1899. En esta transcripción se revelan, nuevamente, aspectos de los conflictivos vínculos mapuche - misioneros: “El padre Octaviano asistió a la misión durante 30 años y algunos meses. Él era conocido por ser una persona muy piadosa y muy humilde. Considerado un santo por sus contemporáneos” y continúa: “Al parecer su bondad fue objeto de aprovechamiento por parte de población mestiza que se estableció alrededor de la misión. Pues, sus sucesores, dan cuenta de múltiples conflictos y disputas entre los vecinos por recursos generados a partir de la misión”. (Crónica de la misión de Purulón, fotocopia, Archivo OFMCAP, Santiago. FONDO ARAUCANÍA. LII 22.1). Por ejemplo, en esta crónica se cuenta que un pedazo de terreno habría sido donado por Manuel Meza, en común acuerdo con los mapuche, para la fundación de la misión, sin embargo, algunos sujetos, entre ellos Bernardino Echeñique y Rafael Cano, se habrían apropiado de parte de ellos. Otras informaciones detallan los recintos construidos por el Padre Octaviano: una casa, una iglesia y una escuela, todas de madera y paja, lo que motivo que en 1907 el padre Francisco de Luxemburgo decidiera construir una iglesia “decente” (Crónica de la misión de Purulón, fotocopia, Archivo OFMCAP, Santiago. FONDO ARAUCANIA. LII. 22.1) 16 .
Por último, otros documentos permiten conocer matices de la vida misionera, como por ejemplo, una carta fechada en 1889 donde el padre Octaviano expone entre otros temas, el aumento de la población no mapuche: “Cuando vine a fundar la misión, había una sola familia española y ahora son 40 con una población civil de 200 personas”, agregando a estos antecedentes cifras de la población mapuche y de los sacramentos entregados: “Los indígenas son más de 2000, de los cuales 1400 son cristianos y 600 infieles. En estos 14 años he bautizado 1361 personas: 598 niños y 355 adultos indígenas; 408 españoles. Se confirmaron 87 indígenas y 61 españoles. Bendije 92 matrimonios indígenas y dí sepultura eclesiástica a 90 indígenas y a 73 españoles” (Carta de 1889. Octaviano de Nizza. s/n°, Archivo OFMCAP, Santiago).
Después de sus largos años de estadía en Purulón, para 1896 encontramos al P. Octaviano de Nizza, ya anciano atendiendo la misión de Quilacahuín (Noggler 1983: 118). Después de la llegada de los capuchinos bávaros, cerca de 1900, solo en tres estaciones misionales se encuentra misioneros italianos, uno de ellos: “…en Purulón el viejo y benemérito P. Octaviano de Nizza, en Río Bueno el R. P. Fortunato de Drena y en San Pablo el R. P. Felipe de Cortona” (Pamplona 1911: 347).
El recorrido investigativo iniciado desde la mirada al documento escrito, de lo particular a lo general se complementa con un recorrido inverso que va de lo general a lo particular, para conocer aspectos del funcionamiento de las misiones capuchinas en el sur de Chile, y en particular de la Misión de San Antonio de Purulón. Los relatos recogidos en los documentos citados dan cuenta de los procesos iniciales que afectaron a mapuche y Capuchinos en los territorios del sur de Chile, así como las relaciones políticas, de negociación y de integración – forzada o aceptada – en el espacio y escenario de una misión en tanto que teatro de vinculación (Perucci 2018). Ahora conozcamos algo más de los actores comprometidos en este “teatro”.
4.CINCO MISIONEROS, CINCO PERSONAJES PARA UN “ENCUENTRO” – TRAWÜN
En este camino, determinados visualmente algunos de los personajes, fue posible su individualización a partir de crónicas y documentos revisados. Este es uno de los resultados más importantes de nuestra estrategia de lecturas cruzadas entre las narrativas de la mirada y la palabra, ya que el reconocimiento de estos personajes hizo posible una reconstrucción de sus vidas y paso por La Araucanía, en conjunto con una contextualización histórica, política y social de un encuentro – trawün. Así, en el retrato de los misioneros de la secuencia Purulón se identificaron de izquierda a derecha: Iluminato de Génova (1828- 1914), Alejo de Barletta (1840-1902), José de Imola (¿?-1902), Juan de San Juan (1838-1908) y Octaviano de Nizza (1822-1903). Veamos un breve perfil de cada uno de ellos para contextualizar su trabajo y presencia en las misiones Capuchinas a fines del siglo XIX y comienzos del XX (Ver Cuadro 1 ).
4.1.Iluminato de Génova (1828 – 1914)
Nace con el nombre de Pedro Parodi, se ordena sacerdote en la Provincia de Génova, Italia, en 1848 y llega a Chile con la segunda expedición en 1851. Sus actividades misionales las desempeña en las estaciones de Daglipulli (Región de Los Lagos) Bajo Imperial, Toltén, Queule (Región de La Araucanía) y Valdivia (Región de Los Ríos) (Uribe s.f.). Estuvo presente cuando se instala una escuela en Bajo Imperial, evento que narró destacando la resistencia de los indígenas a su fundación, sin embargo “… a fuerza de buenas razones, de suplicas y sobre todo de regalos, que para ellos son las mejores razones, conseguimos que aprobaran la fundación de una escuela de niñas y que prometieran mandar a sus hijitas” (Pamplona 1911: 263). Destaca su presencia en el alzamiento mapuche de 1881, durante el cual socorre al P. Fortunato de Drena, de la misión de Bajo Imperial, con quien huye hacia la misión vecina de Queule. En 1896, ya anciano, se encuentra junto con el Prefecto Alejo de Barletta en la misión de Valdivia (Noggler 1983: 108-118). Fallece a los 86 años en la ciudad de Constitución (Región del Maule) (Uribe s.f.).
4.2.Alejo de Barletta (1840 – 1902)
Llamado José Alejo Mauro, nace en la provincia de Bari, Italia y es ordenado sacerdote en 1863, llegando a Chile el 11 de febrero de 1873 (Cartagena 1980: 335). En 1891, se traslada al sur de Chile siendo nombrado oficialmente Prefecto de la orden Capuchina el 24 de febrero de 1893, por la Congregación de Propaganda Fide, sirviendo como misionero en San José de la Mariquina (Uribe s.f.). El momento en que asume la Prefectura es complejo porque hace años que no llegan nuevos misioneros y muchos habían fallecido o ya eran ancianos. En 1899 deja su cargo de prefecto y se retira a Santiago siendo sucedido por el P. Burcardo de Röttingen. Muere en Santiago de Chile a los 62 años de edad.
4.3.José de Imola (¿? – 1902)
Su nombre secular era Luis Borghi y entró a la Orden Capuchina en la Provincia de Toscana, Italia, llegando a La Araucanía en octubre de 1885. Luego de estudiar español y mapudungun fue destinado a la misión de Rahue (Región de los Lagos), sirviendo en muchas estaciones como Valdivia, San José de la Mariquina (Región de Los Ríos), en donde fundó la Orden Franciscana Seglar u OFS; en San Juan de la Costa y Quilacahuín (Región de Los Lagos) y por último en Bajo Imperial (Uribe s.f.) Entre 1896 y 1899 se traslada de San José de la Marquina, a San Juan de la Costa (Región de Los Lagos) (Noggler 1983: 118). Existe poca información respecto de su vida de misionero por su trágico y temprano fallecimiento en 1902, pero en un ejemplar de la revista Analecta de 1897 se publica una relación sobre las misiones de Rahue y San Juan de la Costa, donde describe vivienda y vestimentas de los mapuche, así como sus costumbre y estructura social.
4.4.Juan de San Juan (1838 – 1908)
Este misionero, también conocido como Giovanni da San Giovanni, nace como Francisco Francioni en la provincia de Toscana y llega a Chile el año 1867 (Cartagena 1980: 189). Se mueve entre Concepción y Bajo Imperial hasta 1878 cuando se instala en Toltén (Región La Araucanía). Probablemente por su dominio del mapudungun se desempeñó en diversas misiones como Queule, y Bajo Imperial (Región de la Araucanía) (Uribe s.f.). Entre sus actividades más relevantes destaca la creación de escuelas para niñas mapuche. Hay registros que lo posicionan en la misión de Toltén (Región de La Araucanía) para el Gran Alzamiento mapuche de 1881 (Noggler 1983: 118). Fallece en Bajo Imperial a la edad de 70 años. (Uribe s.f.).
4.5.Octaviano de Nizza (1822 – 1903)
Este misionero, cuyo nombre de nacimiento era Eugenio Boniffazy, proviene de la Provincia de Pedemontana y llega a Chile el año 1853, junto con la segunda expedición italiana (Cartagena 1980: 189). Sirvió en las estaciones misionales de Valparaíso (Región de Valparaíso), La Serena (Región de Coquimbo) y la misión de Paposo (Región de Antofagasta), y se desempeñó como capellán en el Hospital de Copiapó (Región de Atacama) (Uribe s.f.). Después de unos años sirviendo en San José de la Mariquina (Región de Los Ríos) en 1874 marcha a fundar la misión de San Antonio de Purulón, permaneciendo allí por casi tres décadas, hasta su muerte a los 81 años (Pamplona 1911: 347; Uribe s.f.). Era un experto en mapudungun y escribió varios libros sobre gramática, vocabularios y textos de conversaciones en esta lengua, tales como “Breve método della lingua Araucana”, “Diccionario Italo-Araucano y Araucano-Italiano”, los cuales se habrían perdido en el incendio del Convento de Valdivia en 1928 (Noggler 1983: 106).
De esta manera, una parte de los fotografiados – los misioneros capuchinos - ha sido identificada, determinando no solo su llegada y estadía en las misiones, sino, sobre todo, haciendo un recorrido por detalles de acontecimientos y sucesos que comprometieron las relaciones con el mundo mapuche, sus políticas misionales y algunas de las diversas actividades en el ámbito de la educación y la evangelización en la que participaron estos cinco hermanos retratados. En oposición, de la otra parte de los fotografiados
– los hombres, mujeres y niños mapuche – carecemos de mayores antecedentes que permitan conocer sus nombres, así como los linajes y territorios a los que podrían estar asociados. Sin embargo, ciertas pistas resultan interesante cuando se conocen los relatos del Padre Octaviano de Nizza ya que algunos nombres y lugares que se entregan en la crónica de la fundación de la Misión de San Antonio de Purulón, como, por ejemplo, el “cacique Autin” de la localidad de “Cúlcia, a más de cincuenta kilómetros de San José de la Mariquina (Región de Los Ríos). También el “cacique Aignauco” de la localidad de Purulón, quince kilómetros cercan de San José de la Mariquina y el “cacique Cattúgur de Panguipulli” (Octaviano de Nizza, citado en Pamplona 1911: 257-261). Si bien la secuencia Purulón que incluye la escena del encuentro – trawün bajo el roble habría sido tomada cerca de veinte años después de la fundación de esta misión, estos antecedentes llevan a pensar que el longko que se encuentra en el centro estrechando la mano del ya identificado Prefecto Barletta, que sea esta, podría ser este el “cacique Aignauco”, quien aparece en la imagen, bien se podría pensar que o bien podría tratarse de alguna otra autoridad de las comunidades mapuche aledañas a la localidad de Purulón citadas en los testimonios 17 .
Esta imposibilidad de dar nombres a los mapuche que apareen en las imágenes que forman parte de la secuencia Purulón nos llevó a considerar otras línea de investigación hacia documentos como los llamados Registros Sacramentales 18 . Bajo esta motivación se inició un trabajo con varios “Libros de Bautismos, Casamientos y Entierros de Yndios”, que están bajo el cuidado de los Misioneros Seráficos de esta Mission de N.P. San Francisco de la Plaza de Valdivia desde el Años 1771” La potencialidad de los registros parroquiales para los estudios históricos tiene una gran importancia porque permite indagar no solo en los personajes comprometidos, sino sobre todo en las relaciones sociales de ciertas comunidades (Inostroza 2016 y 2018). En este caso, relevante es en los libros citados la presencia de determinadas familias asociadas a comunidades específicas, lo cual permitiría definir la existencia de determinados linajes mapuche en asociación a territorios específicos y a diversas misiones instaladas en estas regiones del sur de Chile 19 . A diferencia de estos aspectos que aún se están trabajando, otras particularidades que fue posible pesquisar ahora que cada uno de los cinco misioneros que participaron de este “encuentro” fue individualizado, es su vinculación con dinámicas y prácticas misionales en cuanto a la administración de los sacramentos de bautizos, matrimonios y extremaunciones. Así se puede observar que estos registros muestran una coherencia temporal en cuanto a la presencia activa de los misioneros de la secuencia Purulón que se puede comprobar por su firma en los Registro Sacramentales. El Prefecto Barleta y los Padres José de Imola e Iluminato de Génova participan y coinciden en la administración de sacramentos en la misión de Valdivia, en la Misión de Quinchilca encontramos solo a Iluminato de Génova. Por último, en la Misión de Trumao y Arique vemos que se encuentra presente Octaviano de Nizza (Nicea en estos registros), para las décadas de los años sesenta, unos años antes del encuentro que estamos analizando (Imagen 1). Su escaza aparición, probablemente se deba a que como consta en sus relatos a partir de 1874 se establece en la Misión de Purulón donde pasará el resto de su vida misional (Ver Cuadro 2 ) 20 .
5.PARA TERMINAR
Hay muchos aspectos que se revelan al cruzar lecturas texto – imagen en los documentos y fotografías estudiados, pero sin duda son nuestras preguntas iniciales lo que motiva nuestras principales reflexiones finales. A través de las diversas materialidades y contenidos analizados nos fuimos acercando a ciertos actores, situaciones y acontecimientos que formaron parte, en algún momento, de las relaciones mapuche – misioneros capuchinos. Al observar y reflexionar sobre estas diversas modalidades narrativas como el habla, la palabra y la mirada, presentes en documentos y fuentes visuales del Archivo OFMCAP, ciertamente se fue abriendo la posibilidad de superar lo que algunos estudiosos de estos períodos y procesos han llamado “racionalidad dicotómica”, presente, por ejemplo, en la vieja oposición escritura – oralidad (Mora y Samaniego 2018: 18). Al indagar en las vinculaciones, dependencia y contradicciones entre estas diferentes modalidades narrativas, fue posible percibir otros matices y perfiles presentes en las complejas relaciones que se dieron entre estos dos mundos.
Desde lo particular y bajo una complementariedad de modalidades narrativas, unas de las primeas preguntas resueltas en nuestra investigación fue aquella referida a quiénes fueron estos personajes y por qué estaban en estos lugares. En la combinación de informaciones de imágenes y textos, hemos establecido quienes participan en este evento, por lo menos de parte de los Capuchinos y esbozado una cierta posibilidad de conocer personajes y comunidades mapuche. También se dilucidó plenamente porque estos personajes están en estos lugares ya que al identificar la Secuencia Purulón, se estableció que este fue un evento de características especiales, el cual definimos como reunión – trawün probablemente llevado a cabo para formalizar un acuerdo, hecho político social frecuentemente asociado a este tipo de eventos rituales. Otro aspecto importante fue la individualización del lugar: Purulón (Región de Los Ríos) y una fecha aproximada, fines del siglo XIX.
Los personajes, gestos y situaciones registradas en las imágenes en conjunto con los testimonios de los conflictos y devenires que originó la instalación y permanencia de una misión Capuchina en los más profundo de la llamada “frontera de arriba”, son algunos de los aspectos que van a apareciendo. Así lo atestigua el P. Octaviano de Nizza cuando declara que “…me resolví a fundar una nueva Misión entre infieles en la parte más interior de La Araucanía”, evidenciando su clara percepción no solo de marchar hacia una población no sometida, sino de desplazarse a una región ubicada en lo profundo de un territorio desconocido y lejano, donde elegiría “un pequeño terreno” para llevar a cabo su trabajo misional (Pamplona 1911: 257-258).
No es menor comprobar que en esta ocasión, están presentes varios hermanos destacados de la Orden Capuchina, varios de ellos llegados muy tempranamente a la Araucanía como Iluminato de Génova (1851), Juan de San Juan (1867) y el mismo Octaviano de Niza (1853), protagonistas del trabajo misionero como lo atestiguan los documentos analizados como los Registros Sacramentales. El grupo está encabezado por la máxima autoridad de ese momento, el prefecto Alejo Barletta – al centro de dos de las fotografías – lo que sin duda otorga especiales significaciones políticas, sociales y rituales al momento registrado bajo el roble 21 .
Siempre desde lo particular, es a partir de las cronologías establecidas para la Misión de Purulón en cuanto a su fundación y sucesos posteriores, donde surgen algunos distanciamientos entre nuestras diferentes modalidades narrativas. De estos análisis surgen algunas respuestas a parte de nuestras preguntas en cuanto a las sincronías y desajuste entre varias situaciones descritas y representadas en textos e imágenes. Al fijar la ocurrencia de ciertos sucesos se puede apreciar, por ejemplo, que esta misión se fundó en 1874, en medio de los conflictos políticos y territoriales de la ocupación de la Araucanía (1861 – 1883) por parte del Estado chileno, lo que explicaría de alguna manera, las dificultades que debió enfrentar el P. de Nizza al fundar la Misión, tal como lo registran los documentos analizados. Más de veinte años después, las imágenes muestran otras situaciones muy diferentes, donde una comunidad mapuche y la principal autoridad Capuchina comparten un espacio, estrechando las manos al centro de la toma. La equilibrada y cuidada composición de la imagen, los gestos, pose y escenificación revelan el esfuerzo y voluntad de Knittel en la construcción de una narrativa visual que dé cuenta de toda la solemnidad del momento.
Fácilmente se aprecia entonces que si bien, no hay una sincronía entre los documentos visuales y textuales, las relaciones de significación entre diferentes fuentes evidencian connotaciones políticas y sociales asociados a eventos rituales como el palin en el caso de la fundación de la Misión y el encuentro
– trawün de las imágenes fotográficas de fines del siglo XIX.
También desde una cronología de los eventos, es posible sostener que la imagen del roble fue realizada en algún momento de los siete años transcurridos entre 1893 y 1900. El Prefecto Barletta asumió su cargo en 1893. Si aparece protagonizando el saludo central de la imagen de mapuche y Capuchinos, es posible pensar que esta fotografía no fue tomada antes de esa fecha. Por otra parte, el P. Octaviano de Nizza estuvo hasta 1900 en la Misión, lo que indica que la imagen tiene que haber sido tomada antes de esa fecha. A estos antecedentes debemos sumar las fechas en que el fotógrafo Rodolfo Knittel Reinsch estuvo activo. Así, todos estos antecedentes permiten establecer claramente, no solo el año de la toma de las imágenes, sino también como estás se relacionan con parte de la historia y acontecimientos de la Misión de San Antonio de Purulón en un período de varias décadas. La presencia de los mismos personajes y escenarios permitió establecer que varias tomas fotográficas fueron tomadas en una misma ocasión, lo que hemos llamado secuencia Purulón.
En estos cruces textos e imágenes, más allá de las sincronías de lugares y personajes, así como de los desajustes o desplazamientos cronológicos establecidos entre determinados testimonios y la producción de las fotografías, un ejemplo de las relaciones de significación entre estos corpus documentales para la interpretación de ciertos procesos y acontecimientos es el siguiente: en el testimonio de Octaviano de Nizza se puede leer “…Dios se dignó bendecir mis fatigas, y San Antonio me asistió con su protección, porque en poco tiempo tuve el consuelo de ver cambiados a mis más fieros enemigos en los más cordiales amigos; y aquel paraje, que era una selva inmensa, se ha convertido en una hermosa campiña cultivada, y los indígenas, en su mayor parte, son cristianos” (Pamplona 1911: 261). Al confrontar este testimonio con las imágenes, a pesar de la distancia cronológica, se puede observar, como en las fotografías de los diferentes grupos (Imagen 9 y 10) el escenario no solo está despejado de la “selva inmensa”, sino además “domesticado” a través de la presencia de varios álamos (Populus.spp), especie profusamente introducida por los europeos en el proceso de transformación “agraria” del paisaje del sur de Chile. Rukas, cercas y otras construcciones distribuidas ordenadamente connotan estos escenarios como un espacio doméstico en medio del cual posan “mis mas fieros enemigos”, cuidadosamente distribuidos por el fotógrafo quien ha dispuesto en un margen a los misioneros Capuchinos, entregado todo el protagonismo visual a los mapuche.
Texto e imagen se entrelazan en una relación de significación que muestra como la “selva inmensa” lugar del habitar del bárbaro por excelencia, como “un fiero enemigo”, ha sido transformado en una “campiña cultivada”, espacio del habitar del ahora civilizado mapuche, transformado en “los más cordiales amigos”. Los vínculos entre habla, escritura y mirada se constituyen así en referentes que significan y resignifican procesos y acontecimientos, marcando las complejidad, contradicciones y conflictos en las relaciones entre estos dos mundos. Por un a lado los Capuchinos con su proyecto “civilizatorio” que busca transformar de manera definitiva a los mapuche y su entorno, y por otro lado, los mapuche exhibiendo en sus gestos, indumentarias y disposición de ciertos personajes, sus ritualidades y costumbres que aún permanecen vigentes, sobre todo en una ocasión tan especial.
Desde lo general, las relaciones de significación que se pueden establecer entre los corpus de textos y los conjuntos de imágenes aquí analizados, revelan que el cruce de la palabra y la mirada, si bien implican intersecciones y coincidencias, también muestran profundas contradicciones y silenciamientos. Consecuentemente, si bien es fundamental, considerar las particularidades de cada una de estas modalidades narrativas al utilizarlas como referentes de determinados acontecimientos, al establecer cruces y articulaciones entre cada una de ellas revelan la complejidad de las relaciones políticas, sociales y culturales entre estos dos mundos tan diferentes. Esto queda de manifiesto en estos encuentros, que hemos homologado a un evento ritual como un trawün, que tiene connotaciones sociales y políticas y donde se sellaban alianzas y acuerdos políticos que ponían en funcionamiento “signos de poder” que reafirmaban jerarquías y liderazgos y se procedía a la distribución de bienes y agasajos (Perucci 2018: 98). La importancia de este último aspecto se hace evidente en gran parte de los documentos analizados, como por ejemplo, en un testimonio de Iluminato de Génova donde cuenta que, a propósito de los inconvenientes para establecer una escuela de niñas en una Misión, lo problemas se solucionaron con ciertos “regalos”: “No nos amilanamos por este contratiempo, sino que, a fuerza de buenas razones, de suplicas y sobre todo de regalos, que para ellos son las mejores razones, conseguimos que aprobaran la fundación de una escuela de niñas y que prometieran mandar a sus hijitas” (Génova citado en Pamplona 1911: 263).
Como veíamos al comienzo de este trabajo diversos viajeros testigos presenciales de muchos acontecimientos, como Paul Treutler y Edmond Reuel Smith, ya ponen de manifiesto el distanciamiento entre sus textos y sus imágenes, ya que, en muchas ocasiones, los relatos textuales y visuales se distancian y anulan mutuamente comprometiendo las relaciones de significación texto – imagen. En el período que investigamos, crónicas y documentos muestran estos mismos distanciamientos, ya que es evidente que los misioneros capuchinos estaban en un proceso de instalación en medio de un escenario complejo y violento como es la llamada “pacificación”, aspectos que no siempre se visibilizan en las imágenes fotográficas. En ese momento el establecimiento de relaciones capuchino – mapuche transitan por momentos de conflictos extremos, como los que testifica el P. Octavio de Nizza cuando instala la Misión de San Antonio de Purulón. En contraste, se observan momentos que pueden corresponder a una instancia de negociación política y ritual como se evidencia en la secuencia Purulón, donde se registra un “encuentro” político, social y ritual entre comunidades mapuche y un grupo de Capuchinos.
A través de las tres modalidades narrativas identificadas se revelan entonces el establecimiento de redes sociales y relaciones interculturales, donde a partir de ciertos eventos rituales mapuche específicos: un palin presente en los textos y un trawün registrado en las imágenes.
Esperamos que este trabajo constituya un aporte en el uso y lectura de fuentes visuales y textuales ya que no podemos si no compartir “la voluntad de contribuir en la reconstrucción de las historias y las memorias mapuche” considerando oralidad, escritura y visualidad (Nahuelpan, Huinca y Marimán 2012:15).
Resumen:
1.TRES MODALIDADES NARRATIVAS: DEL HABLA, LA ESCRITURA Y LA MIRADA
2.LA FOTOGRAFÍA COMO LUGAR DE ENCUENTRO Y CRUCES CON LA HISTORIA
3.IMÁGENES Y DOCUMENTOS. UN ABORDAJE INTERDISCIPLINARIO AL ARCHIVO PROVINCIA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS DE LOS HERMANOS MENORES CAPUCHINOS (OFMCAP)
3.1.Recorridos investigativos de ida y vuelta: de la mirada, a la escritura y el habla
3.1.1.Sobre el autor de esta y otras imágenes fotográficas: la construcción de una mirada
3.1.2.Secuencia fotográfica de un encuentro – trawün: misioneros capuchinos y mapuche en Purulón.
3.1.3.De lo personajes y lugares: la construcción de unos relatos
3.1.4.La misión de Purulón: escenarios, personajes y sucesos
4.CINCO MISIONEROS, CINCO PERSONAJES PARA UN “ENCUENTRO” – TRAWÜN
4.1.Iluminato de Génova (1828 – 1914)
4.2.Alejo de Barletta (1840 – 1902)
4.3.José de Imola (¿? – 1902)
4.4.Juan de San Juan (1838 – 1908)
4.5.Octaviano de Nizza (1822 – 1903)
5.PARA TERMINAR