in Revista Chilena de Antropología
La cerámica incisa del Sur de Chile
Resumen:
Se presenta una evaluación y propuesta tipológica respecto a la cerámica incisa del Sur de Chile. La sistematización de la variedad de incisos existente se realiza a partir de la revisión del material proveniente de los sitios San Miguel de Renaico 5 (SMR5), Parque Eólico Lebu 3 (PEL3) y del área de Tubul, como también de una revisión bibliográfica de esta variedad cerámica en dicha zona. De esta manera, apuntamos a visibilizar la existencia y variabilidad de esta decoración y proponer la presencia de cinco diferentes tipos, con una cronología que los ubica entre el 800 y 1500 d.C. Esta decoración resulta ser ubicua en los sitios habitacionales de la zona, sin embargo, no ha sido considerada en las tipologías cerámicas de piezas completas para los complejos Pitrén, El Vergel ni contextos históricos del Sur de Chile.
1.INTRODUCCIÓN
El análisis de la fragmentería cerámica obtenida en los sitios San Miguel de Renaico 5 (SMR5; Renaico, región de la Araucanía) y Parque Eólico Lebu 3 (PEL3; Lebu, región del Biobío), permitió registrar un número considerable (n=202 y 24, respectivamente) de fragmentos con decoración incisa (Dávila y Cortés 2016; Dávila et al. 2016). A pesar de lo pequeña que pueda parecer la muestra, ésta constituía una evidencia destacable por las siguientes características: a) el predominio de la técnica incisa al interior del conjunto de cerámica con motivos decorativos 1 en ambos sitios (90% y 75%, respectivamente); b) la alta variabilidad en cuanto al tipo y forma de las incisiones registradas;
c) los incisos registrados en ambos sitios no forman parte de las tipologías existentes, generadas a partir de piezas cerámicas completas, para el Sur de Chile; y d) ambos sitios corresponden a contextos domésticos, ámbito de la sociedad que no ha sido del todo abordado sistemáticamente por investigaciones en la zona.
Este inusitado registro nos condujo a una revisión de la literatura arqueológica del Sur de Chile. Esta nos permitió relevar diversos sitios y contextos en los que se describen fragmentos incisos similares a los registrados en SMR5 y PEL3. De hecho, dentro de las tipologías elaboradas (Aldunate 1989; Adán y Alvarado 1999; Adán et al. 2016a), y hasta la presente revisión, esta técnica sólo había sido descrita como incisiones lineales continuas anulares en la unión cuello-cuerpo en determinados tipos de vasijas del periodo Alfarero Temprano y Tardío.
Dado estos antecedentes, nos planteamos la necesidad de elaborar una propuesta sistemática que abordase de forma integrativa la diversidad de estas decoraciones en el Sur de Chile. Para esto consideramos tanto la cerámica incisa de PEL3, SMR5 y área de Tubul 2 , como los fragmentos incisos que logramos pesquisar dentro de la literatura arqueológica disponible del Sur de Chile. De este modo, en este trabajo apuntamos a: a) visibilizar la presencia de la decoración incisa en la alfarería del Sur de Chile, permitiendo así obtener una visión más amplia de la información dispersa respecto de los contextos en los que este tipo de decoraciones se ha registrado; b) proponer una nomenclatura común, desarrollando una sistematización de la decoración incisa a partir de los datos dispares entregados por la revisión bibliográfica; y c) discutir la decoración incisa y la tipología generada en una perspectiva cronológica, espacial y contextual. Adicionalmente, a través de este trabajo se busca dar a conocer e integrar al conocimiento de la prehistoria regional un cuerpo de datos obtenidos mediante Estudios de Impacto Ambiental (EIA) 3 .
2.CONTEXTO ARQUEOLÓGICO DE LA ALFARERÍA INCISA DEL SUR DE CHILE
Para el Periodo Alfarero del Sur de Chile se han definido dos grandes bloques temporales: el Alfarero Temprano (350-1000 d.C.) y el Alfarero Tardío (1000-1550 d.C.). En cuanto al primero, la unidad histórico-cultural predominante es el llamado Complejo Pitrén, el cual se manifestaría en distintos espacios geográficos -costa, valles, lagos cordilleranos y vertiente oriental de los Andes- (Adán et al. 2016b; Aldunate 1989; Dillehay 1990). En el sector septentrional del Sur de Chile (sensu Aldunate 1989) sus rasgos diagnósticos son identificables incluso hasta el 1200 d.C., mientras en el sector meridional y oriental estos se extenderían hasta tiempos del contacto europeo. Los sitios estudiados para este complejo corresponden mayormente a contextos de funebria. Corresponderían a grupos con un modo de vida semisedentario, con una subsistencia basada principalmente en la caza y recolección, con probable manejo de algunos cultivos y de tecnologías como la textilería y metalurgia (Adán et al. 2016b).
Para este complejo se ha definido una tipología formal y decorativa la cual consta de jarros simétricos y asimétricos, ollas, cuencos, botellas, escudillas, tazas y formas restringidas complejas. Entre el universo decorativo se cuentan el uso de engobe rojo por sí solo, o bien en combinación con la técnica de negativo, el modelado en asas y cuerpo y que en ocasiones comprende la totalidad de la pieza con motivos zoo y antropomorfos, la impronta de hojas y el grabado/raspado en contraste con campos pulidos. También, es común la presencia de incisiones lineales anulares en la unión cuello-cuerpo especialmente en jarros (Adán y Alvarado 1999).
A partir del 1000 d.C. se comienzan a identificar en el Sur de Chile una serie de cambios sociales y económicos significativos que han permitido definir una nueva unidad histórico-cultural: el Complejo El Vergel. Este se extendería hasta el siglo XVI, momento del arribo europeo a la zona. Los grupos adscritos a este complejo han sido identificados y estudiados principalmente en el sector septentrional del Sur de Chile, tanto en el valle como en la costa. Aquí se observa la consolidación de un modo de vida sedentario, de prácticas agrícolas, metalúrgicas y arquitectónicas, una diversificación de los patrones funerarios y cambios en los estilos decorativos de la alfarería (Adán et al. 2016b).
La cerámica del Complejo El Vergel cuenta con una tipología basada en las piezas decoradas rojo sobre blanco y en las urnas (Adán et al. 2005), elaborada a partir de colecciones procedentes de sitios funerarios. La decoración bícroma rojo sobre blanco se presenta mayoritariamente en jarros simétricos y asimétricos y urnas, en los cuales se combinan distintos motivos -zigzag múltiple, campos achurados, ajedrezados, clepsidras y superposición de triángulos, entre otros.
Para el periodo Histórico, existen pocos datos arqueológicos. Los datos han sido relevados principalmente a partir del estudio de cementerios, aunque también se han estudiado sitios defensivos de contacto hispano-indígena y algunos de carácter doméstico. Sin embargo, esta información no ha sido del todo integrada entre sí, existiendo por ahora una escasa comprensión de los cambios que experimentaron los grupos El Vergel producto del contacto con los europeos.
En cuanto a la cerámica de estos contextos sólo se dispone de una tipología para las vasijas decoradas bícromas, que incluyen principalmente jarros, platos y vasos. Durante este periodo persiste la tradición rojo sobre blanco, bajo el estilo denominado Valdivia, presente desde tiempos prehispánicos. En este se retoman los motivos ya mencionados para el estilo El Vergel, pero con distinta disposición en las piezas y un carácter mucho más normado (Adán et al. 2005). También cobra importancia la cerámica del estilo Tringlo que presenta motivos blancos sobre rojo similares a Valdivia, aunque con algunas innovaciones en las formas de las vasijas y figuras decorativas (Adán et al. 2016a). Otras decoraciones para este periodo corresponden al engobe rojo, modelados ornitomorfos y la incrustación de loza o vidrio en las vasijas. También se han descrito frecuentemente estrías o acanalados anulares en el cuerpo y unión cuello-cuerpo de ollas y jarros (Aldunate 1989; Adán et al. 2016a).
Esta síntesis de la arqueología regional y de las tipologías cerámicas disponibles para el Sur de Chile, nos permite situar a la cerámica incisa como un registro material escasamente abordado y casi invisible. Por otra parte, los trabajos arqueológicos que aluden expresamente a esta decoración son muy parciales, con descripciones poco acuciosas, uso de conceptos ambiguos que pueden inducir a confusiones, y rara vez están acompañadas de dibujos o fotografías. Del mismo modo, en dichos trabajos es posible hallar una diversidad de interpretaciones, con distintos niveles de elaboración, en cuanto a la presencia de este tipo decorativo en los distintos sitios del Sur de Chile.
Es así como inicialmente se observa una tendencia a dar poca relevancia a la presencia de este rasgo en la alfarería de la zona y comúnmente relacionarla con poblaciones foráneas. Los autores apuntan principalmente a alfarería de zonas como el Norte Chico, Chile Central o incluso sectores trasandinos. En esta línea, por ejemplo, se puede mencionar a Van de Maele (1964-1965) quien señala “sabido es que tal decoración [incisa] se presenta casualmente en Atacama y Coquimbo”. Por su parte Bullock (1955 : 137, 1970: 107) hace referencia a la similitud de la cerámica incisa encontrada en Angol con la que se registra en la Sierra de Córdoba y San Luis. En tanto, Durán (1978 :
57) en un estudio sobre la cerámica del sitio Padre Las Casas señala directamente que un fragmento inciso “podría indicar contacto con poblaciones del Valle Central o Norte Chico”.
En la medida que avanza la investigación arqueológica regional y ante la creciente evidencia de cerámica incisa en la zona, algunos autores se abrieron a la posibilidad de que este tipo decorativo sea un desarrollo local, entregando en contados casos propuestas o interpretaciones sobre su presencia. En este sentido Dillehay (1990: 65) es uno de los primeros en remarcar la ubicuidad y variedad de este tipo decorativo en la Araucanía, interpretándolo incluso como un posible complejo cerámico con larga data temporal y amplia presencia territorial en la zona, pero sin vincularlo necesariamente a alguno de los otros complejos más conocidos para el Sur de Chile y que él aborda en la misma publicación.
Otra propuesta a destacar es la de Quiroz y Sánchez (2005 ). En esta, a partir de la secuencia ocupacional relevada en el sitio P21-1 de Isla Mocha, se interpreta la presencia de fragmentos con incisos como un rasgo diagnóstico característico de una etapa transicional entre la ocupación correspondiente a Pitrén y aquella correspondiente a El Vergel, situándolos a partir de fechados absolutos, entre el 1200 y el 1400 d.C. Sin embargo, los investigadores reconocen las limitaciones de esta propuesta, dado que el motivo decorativo en cuestión sería exclusivo a este sitio de la isla, por lo que sus alcances no se pueden extrapolar a otros sitios de ella ni de la región.
Por otra parte, en una propuesta más reciente y a partir del extenso trabajo realizado en el valle de Purén-Lumaco, Dillehay (2014 : 118, 247, 249) proporciona una interpretación más profunda de los aspectos sociales y políticos implicados en el uso y producción de cerámica incisa. Ésta se basa en el registro de cambios en la frecuencia de los tipos decorativos durante el periodo Histórico Temprano, en el cual se observa una disminución de la elaborada cerámica estilo El Vergel y un aumento de decoraciones de motivos más simples, como la incisa. Esta situación sería el reflejo de una estrategia centrada en generar una mayor cohesión social durante un periodo de guerra que conllevó importantes cambios demográficos, incluyendo movimientos de población y co-residencialidad de distintos grupos o tradiciones en este valle. Ante ello se optaría por promover en la alfarería motivos más simples, legibles o familiares para grupos locales y no locales. El investigador entrega propuestas interesantes al situar este tipo decorativo principalmente en el periodo Histórico y proponer a la cerámica incisa, entre otros tipos decorativos, como un indicador material de aspectos y estructuras sociales al relacionarla a fenómenos de patriarcado y poligamia. No obstante, indica que lo anterior no necesariamente es extensivo a todas las zonas del Sur de Chile.
Por lo tanto, podemos decir que no existe hasta el momento una mirada contextual y de conjunto respecto a la cerámica incisa, sino que solo se han esbozado interpretaciones surgidas de investigaciones en sitios o áreas particulares. Es necesario entonces una mirada sistemática y ordenadora que pueda servir como base para futuros estudios que permitan abordar la potencial información social asociada a esta evidencia.
3.ASPECTOS TEÓRICO-METODOLÓGICOS
La zona abordada en este trabajo comprende el territorio chileno delimitado por el río Biobío en el norte y Canal de Chacao en el sur, incluyendo algunos sitios ubicados a la misma latitud en actual territorio argentino. De esta manera, hemos utilizado la división del Sur de Chile propuesta por Aldunate (1989 ), la que reconoce un sector septentrional, meridional y oriental (Figura 1) .
Para el desarrollo de este trabajo, tanto en su faceta de laboratorio como de revisión bibliográfica, consideramos la técnica decorativa incisa como aquellas decoraciones realizadas mediante la compresión y/o el desplazamiento de arcilla, utilizando para ello distintos instrumentos sobre la superficie de la vasija en estado cuero o fresco (Balfet, Berthelot y Monzón 1992). Si bien es posible hacer la diferenciación entre inciso e impresión/estampado (Rice 1987; Balfet, Berthelot y Monzón 1992), en este caso particular nos centraremos en el aspecto final visible de la decoración. De hecho, el registro de estas decoraciones en la bibliografía arqueológica no nos permite generar aquella distinción, como tampoco determinar el instrumento utilizado, ni el modo en que se realizó la decoración. Del mismo modo, los investigadores que aluden a esta decoración la tratan indistintamente como “incisa”.
Por otra parte, es clave considerar que los distintos atributos de una vasija responden a una amplia gama de opciones técnicas dentro del proceso de manufactura. Los atributos decorativos se constituyen como uno de los aspectos visibles de la producción alfarera, siendo más susceptibles a cambios, préstamos e imitaciones, por lo que tienden a presentar una mayor variación a través del tiempo y una amplia distribución geográfica (Gosselain 2000). En este sentido, las técnicas decorativas poseen dos facetas: (1) una más superficial, situacional y temporal de la identidad de los grupos vinculada a aspectos amplios de interacción y macro-identidades (Gosselain 2000; Stark 1998); (2) una más profunda, vinculada a la puesta en marcha de hábitos motores particulares, que involucran conductas socialmente constituidas y reflejan un entendimiento y un código compartido sobre cómo comprender y hacer las cosas. Esto último es el resultado de elecciones relacionadas al marco sociocultural en que son aprendidas, reforzadas, modificadas y/u ocultadas (Basile 2009).
1: Coronel 2; 2: Área de Tubul; 3: PEL3; 4: SMR5; 5:Cueva de Los Catalanes; 6: Fundo El Vergel; 7: Purén-Lumaco (sitios PU-65, PU-122, PU-132B, PU-165, LU-69); 8: Ralco (Sitio 4, Sitio 35, Sitio 42, Sitio 62); 9: P21-1; 10: Playa Curacautín; 11: Mariposas 2; 12: Padre Las Casas; 13: Puraquina; 14: Pichilafken 1; 15: Fuerte Villarrica; 16: Pucón 6; 17: Casa Fuerte Santa Sylvia; 18: Casino de Valdivia; 19: Isla Huapi; 20: Cachillahue; 21: Fundo Cocule; 22:Cueva Haichol; 23: Montículo Angostura; 24: Cueva Parque Diana; 25: Alero Las Mellizas; 26: Alero Los Cipreses.
Teniendo en consideración este marco referencial, se utilizó una metodología de análisis para el conjunto cerámico inciso de SMR5, PEL3 y área de Tubul centrada en: (1) atributos morfológicos, apuntando a reconstruir categorías de vasija, a partir de la forma inferida de los fragmentos (Shepard 1956), rangos de espesor de pared y tamaño de vasijas considerando diámetros de cuellos, bordes y uniones (Dávila et al. 2016); (2) atributos funcionales, vinculando categorías de vasijas con huellas de uso; (3) atributos decorativos, clasificación de la unidad mínima decorativa a partir de su forma y agrupamiento entre sí, identificando –en el caso que el tamaño del fragmento lo permita- los diseños y motivos decorativos.
Además, se realizó una revisión bibliográfica relevando aquellos registros con cerámica decorada con técnica incisa y su asociación al contexto de hallazgo, excluyendo aquellos casos que fuesen asignables a la modalidad de inciso lineal anular o de estrías o acanalados, así como aquellos incisos lineales anulares bajo el borde que podrían simular un refuerzo.
A partir de los aspectos decorativos del material cerámico analizado y de la cerámica descrita en publicaciones, se generó una tipología de incisos basada en los elementos mínimos o unidades morfológicas que se articulan entre sí, configurando los motivos decorativos (Aschero 1975; Basile 2009).
A modo de contar con un control cronológico para este tipo de decoración, se procedió a realizar 13 fechados por termoluminiscencia (TL) a fragmentos de los sitios de SMR5 y PEL3 que representasen los diferentes tipos de incisos identificados.
5.RESULTADOS
5.1.Propuesta tipológica
A partir de la revisión bibliográfica y del análisis efectuado a los fragmentos de SMR5, PEL3 y área de Tubul fue posible diferenciar cinco tipos decorativos de acuerdo con las características propias de la unidad mínima del inciso ( Figura 2 ). Así tenemos la siguiente clasificación.
Inciso Punteado. Corresponde a una incisión o punción que no implica desplazamiento del instrumento, obteniendo como resultado un punto (instrumento fino) o bien una forma geométrica que tiende a ser redondeada (instrumento más grueso).
Inciso Subredondeado. Corresponde a una impresión o al desplazamiento de un instrumento que genera una superficie con al menos un sector de su perímetro curvo. Se incluye aquí la decoración denominada por Seguel (2003 : Foto 14) como “cuadrangular”, que a partir de la revisión del material mismo del área de Tubul, presenta las características de un inciso subredondeado. Lo mismo ocurre con aquella decoración referida por Quiroz y Sánchez (2005 :373) como “cuneiforme”.
Inciso Triangular. Corresponde a la impresión de un instrumento que genera un elemento mínimo de diseño o unidad morfológica de forma triangular. Algunos autores lo denominan “inciso cuneiforme” (Gordon 1995: 31; Durán 1978: 56). No obstante, este último concepto también ha sido utilizado para describir incisos que adscribimos a otros tipos de los definidos en este trabajo (por ejemplo Quiroz y Sánchez 2005: 373 y Seguel 2003: 5).
Inciso Circular. Corresponde a una incisión cuyo resultado es una circunferencia de grosor fino, la que puede ser realizada por impresión de un instrumento, por ejemplo, una caña hueca, o bien por el desplazamiento de otro tipo de instrumento.
Inciso Lineal. Corresponde a la incisión de trazo fino o grueso que puede ser realizada de manera continua o discontinua tanto por impresión o por desplazamiento del instrumento. Dentro de éste hemos diferenciado dos subtipos: Lineal Recto, correspondiente a un trazo realizado de forma recta, puede ser continuo por desplazamiento del instrumento o discontinuo por impresión del objeto, o por su desplazamiento. Lineal Curvo, correspondiente a un trazo de forma curva que puede ser realizado por impresión o por desplazamiento del instrumento. Tradicionalmente se conoce a este último como inciso en forma de “uña”, ya que se piensa podría realizarse con las uñas de los dedos de las manos (Dillehay 1990: 65).
Por último, se consigna la existencia de fragmentos en que se combinan dos o más de los tipos decorativos descritos arriba. A estos les llamaremos mixtos.
5.2.Distribución espacial
A partir de la revisión bibliográfica se logró recuperar información fragmentaria y dispersa geográficamente respecto a la presencia de decoración incisa en la cerámica del Sur de Chile (Tabla 1, Figura 1). Se puede apreciar así que el sector septentrional presenta el mayor número de sitios con cerámica decorada incisa (n= 24), correspondiendo principalmente a sitios prehispánicos con características habitacionales, en algunos casos en asociación a funebria. Además, se registra en sitios de adscripción hispana o histórica. Para el sector meridional se registraron sólo cuatro sitios con presencia de cerámica decorada incisa. Por su parte, en el sector oriental se registraron cinco sitios con presencia de fragmentería incisa, los que presentan características habitacionales de tipo estacional, principalmente en reparos rocosos.
Por otra parte, para el sector septentrional se registra la mayor variedad de tipos de incisos, identificándose todos los tipos propuestos en la tipología. Los incisos que presentan una mayor representación en este sector son el tipo lineal recto (en 14 sitios), punteado (en nueve sitios) y subredondeados (en siete sitios). Destaca la existencia de fragmentos con decoración incisa mixta, entre ellos la de inciso punteado delimitado por incisos lineales rectos continuos y la de incisos circulares e inciso lineal recto continuo. Cabe destacar la presencia en SMR5 de un fragmento inciso lineal continuo con hierro oligisto.
Para el sector meridional se han identificado sólo el inciso lineal recto, subredondeado y punteado. En cuanto al sector oriental, éste registra una mayor variedad que el sector meridional, destacando principalmente la presencia de incisos punteados y subredondeados; también se registran incisos lineales rectos, circulares y triangulares; se identifican también fragmentos mixtos (inciso lineal y punteado).
A modo general, a partir de la revisión bibliográfica y de los análisis cerámicos realizados, se observa que la decoración incisa presenta una amplia distribución geográfica, siendo los incisos punteados, subredondeados y lineales rectos los más ubicuos, al estar representados en los tres sectores y ser los dominantes en cada uno de ellos.
5.3.Aproximación cronológica
La cronología de la cerámica incisa fue abordada por dos vías. Por una parte, por medio de la realización de fechados directos TL a 13 fragmentos de los sitios SMR5 y PEL3 (Tabla 2) y, por otra parte, desde la revisión bibliográfica en cuanto a la información de los contextos fechados en que esta decoración ha aparecido. Al mencionar los fechados (sean estos TL o 14C), aludiremos a los valores medios; para información respecto a sus rangos de error o valor no calibrado, indicamos remitirse a las referencias dadas. Respecto a la primera vía, los fechados mostraron que, al menos en los dos sitios abordados, esta decoración puede ser ubicada entre el 850 y 1475 d.C., marcándose un peak alrededor del 1050-1200 d.C.
Por su parte, la revisión bibliográfica presentó gran dificultad respecto a la manera de ponderar la presencia de fragmentos incisos en un sitio, en relación a los fechados disponibles para este. Esto dado que rara vez se entrega la información contextual (pozo, profundidad, capa) de los primeros, o incluso de ambos. Este aspecto es particularmente problemático en el caso de sitios habitacionales
o cementerios, dado que estos pueden presentar múltiples ocupaciones, y existe por tanto la posibilidad que el o los fechados existentes no guarden ninguna relación con los fragmentos incisos allí presentes. Más auspicioso es el caso de contextos mono-componentes (p.e. entierros individuales), pues al corresponder éstos a un sólo evento u ocupación, debieran entregar una mejor resolución cronológica. De todas formas, la mejor estrategia es a través de fechados directos de la cerámica. Esta no sólo puede ser por medio de termoluminiscencia, sino también de residuos orgánicos (fechables por 14C) adheridos al fragmento.
Ante este escenario, es necesario destacar el caso del sitio P21-1 de Isla Mocha. Aquí la presencia de cerámica incisa (tipo subredondeado) fue utilizada para proponer la existencia de un componente denominado “Transición” (Quiroz y Sánchez 2005), ubicado estratigráficamente entre aquellos que presentaban respectivamente material cerámico diagnósticamente Pitrén o El Vergel. Esta situación conllevó, como caso único, a que expresamente los investigadores buscasen abordar esta cerámica y ubicarla cronológicamente. Los fechados (TL y 14C) para dicho componente (Sánchez 1997; Quiroz y Sánchez 2005; Quiroz 2010) lo sitúan entre 1220 y 1350 d.C.
Adicionalmente, cabe mencionar el caso del entierro de urna y canoa funerarias de Padre Las Casas (Gordon 1978). Este fue fechado en 1344 d.C., y como parte de su contexto fue recuperado un inciso triangular (Durán 1978). También está el caso del Sitio 62 de Ralco (Cáceres et al. 2005), en donde un fragmento con decoración incisa lineal recta fue fechado directamente por TL en 1640 d.C.
Estos tres casos específicos se ubican en el sector septentrional del Sur de Chile. En los restantes sitios de este sector, a la cerámica incisa se la encuentra en contextos o sitios que han entregado fechados entre 745 y 1852 d.C. Por su parte, en el sector meridional, se la encuentra ubicada entre 1600 y 1755 d.C., sin embargo, estos fechados provienen de sólo un sitio. Por último, en el sector oriental se la ubicaría entre 237 y 1753 d.C.
Por tanto, nos es factible plantear que la cerámica con decoración incisa se extendería por un lapso temporal de hasta alrededor de 1500 años, es decir, desde algún momento en el primer milenio d.C. y hasta los siglos XVIII y XIX. De este modo, esta decoración pasaría a ser un elemento transversal, al hacer parte del haber cerámico de grupos identificados como parte del Complejo Pitrén, El Vergel o reche-mapuche históricos. No obstante esto, hay una cierta tendencia a una mayor adscripción a sitios o contextos del Complejo El Vergel o contemporáneos a este. Sin embargo, no podemos desconsiderar el hecho de que los sitios del Complejo El Vergel son altamente ubicuos en el Sur de Chile y, por tanto, pudiera haber un sesgo arqueológico favorable a este en cuanto a la representación de la cerámica incisa.
5.4.Las vasijas de la cerámica incisa: motivos y usos
A partir de los análisis cerámicos desarrollados para SMR5 y PEL3, en conjunto con la revisión del material cerámico decorado inciso del área de Tubul, logramos aportar algunas ideas en torno al conjunto cerámico decorado inciso, las categorías de vasijas que se han podido reconstruir y los pocos motivos decorativos que se han identificado.
De esta manera, tenemos que en el sitio SMR5 se identificó un total de 5990 fragmentos cerámicos, de los cuales 227 presentaban motivos decorativos, y dentro de estos últimos, aquellos con incisos alcanzan el 90%. Por su parte, en PEL3 se identificó un total de 14.381 fragmentos cerámicos, de los cuales 32 presentan motivos decorativos, y dentro de estos últimos el conjunto inciso alcanza el 75%. En el caso del material procedente del área de Tubul, se analizó sólo la cerámica condecoración incisa, correspondiente a 47 fragmentos; se desconoce el total de cerámica recuperada en los sitios de esta área.
A partir del conjunto general de fragmentos incisos de estos sitios se plantea la presencia de vasijas con superficies tanto pulidas como alisadas, y paredes de espesor preferentemente medio (entre 5 y 6,9 mm). En cuanto a la morfología se infieren formas restringidas con cuello, de perfiles compuestos e inflectados que pueden presentar asa cinta. Los bordes son rectos o evertidos y ocasionalmente presentan refuerzo. El diámetro de las vasijas oscila entre los 70 y 150 mm en bordes y entre 110 y 200 mm de diámetro en los cuellos. Estos datos son compatibles con categorías morfológicas como ollas, jarras y jarros que podrían haber sido utilizados principalmente para el procesamiento, almacenaje y transporte de alimentos líquidos y sólidos. Además, en SMR5 y área de Tubul se identificaron fragmentos con huellas de hollín que podrían indicar que este conjunto también era utilizado para cocción o recalentamiento de alimentos.
El grado de fragmentación del material impide la identificación de los motivos decorativos presentes en estas vasijas. Sin embargo, para algunos casos podemos identificar agrupamientos de unidades mínimas que configuran ( Figura 3 ): a) líneas paralelas, b) líneas quebradas, y c) líneas convergentes (oblicuas o perpendiculares).
Estas configuraciones se pueden combinar entre sí generando diseños complejos. Entre estos podemos identificar escasos motivos, como clepsidras, chevrones y “líneas con pestañas”. Estos motivos han sido identificados hasta el momento, en asas cintas y en sectores del cuerpo cercanos a la unión cuello-cuerpo (Figura 3).
Cabe destacar que, de las escasas vasijas completas reportadas en la bibliografía, una de ellas posee un motivo en zigzag múltiple y otra una banda horizontal de chevrones ( Figura 4 ; Dillehay 1990: 67, 2014: 240).
En consecuencia, se tiene que la decoración incisa estaría presente en la superficie exterior de vasijas restringidas con cuello como ollas, jarras o jarros, ubicándose principalmente en el cuerpo y sectores superiores de las piezas, tales como bordes, cuellos, uniones y ocasionalmente en apéndices como asas. Los datos disponibles hasta ahora no permiten relacionar categorías de vasijas con tipos ni motivos específicos de incisos.
6.DISCUSIÓN
La arqueología del Sur de Chile se ha construido principalmente a partir del estudio de sitios funerarios y de las piezas cerámicas completas que son el material más ubicuo en estos contextos. Estos dos registros fueron y han sido las piedras angulares para la definición e identificación de las unidades histórico-culturales arqueológicas de este territorio -el Complejo Pitrén y el Complejo El Vergel-, a su vez, a través de ellos se generaron interpretaciones y tipologías que han sido fundamentales a la investigación. Sin embargo, por su misma naturaleza estas han tendido a dar relevancia a sólo una faceta de la sociedad de estos grupos: la funebria. De este modo, a medida que la investigación se expande más allá de este ámbito y se adentra en la compresión de otros aspectos de estos grupos, empiezan a surgir nuevas interrogantes y evidencias que pueden no calzar con lo conocido hasta el momento.
Ejemplo de lo anterior es lo ocurrido al abordar el material cerámico proveniente de los sitios SMR5 y PEL3 -ambos caracterizados como contextos domésticos-, y en particular de la cantidad y diversidad de cerámica incisa presente en el primero. Ante esta inusitada situación, se tornó necesario y atingente contextualizar dicha “anómala” evidencia en relación al cuerpo de información disponible en la literatura arqueológica de la zona. De esta forma, logramos tomar conciencia de que la cerámica incisa no era una situación exclusiva a los dos sitios en cuestión, sino que su presencia se reiteraba en otros sitios del Sur de Chile, y que en la mayoría de los casos coincidían con ser también habitacionales.
De hecho, esta cerámica mostraba tener una amplia distribución espacial y temporal, a la vez que en la gran mayoría de los casos se representaba en forma de fragmentos. Estimamos que esta última situación, pese a su mención e incluso ilustración en varios trabajos, empezando por Bullock en1955, es la que seguramente explica su parcial invisibilización, en desmedro de las piezas completas y decoradas del Complejo Pitrén (pintura negativa y modelados), de los estilos El Vergel y Valdivia (rojo sobre blanco) y Tringlo (blanco sobre rojo). De este modo, fue necesario diseñar una tipología de la alfarería decorada incisa, que no sólo nos permitiera visibilizar la existencia de esta decoración en contextos distintos a los comúnmente abordados para realizar tipologías, sino que también nos permita operacionalizar su registro en el Sur de Chile, con la intención de comprender su distribución y comportamiento en un área tan grande.
A la vez, sin embargo, nuestra propuesta presenta algunas limitaciones, al fundarse en el estudio de contextos principalmente domésticos y de una literatura arqueológica cuyo registro de la cerámica incisa es escaso. Por una parte, el que se haya trabajado desde la fragmentería cerámica, entrega sólo una visión parcial de la vasija con decoración incisa, dificultando el acceso a información referente al tipo de vasija, ubicación de la decoración, motivo y/o asociación con otras decoraciones, esto ya que muchas veces sólo fue posible registrar el elemento mínimo de la decoración. Por otra parte, los trabajos que sí refieren a esta cerámica -y desconocemos cuantos sitios en que pese a tenerla no se la reporta- tienden a indicar su presencia, pero no su cantidad. Además, rara vez se detallan las características decorativas y morfológicas de los fragmentos incisos presentes, aunque en algunos casos la afortunada inclusión de imágenes permite salvar esta dificultad.
Por otra parte, si bien no podemos estimar la importancia cuantitativa de esta cerámica en los contextos tratados, su distribución espacial muestra que esta es efectivamente bastante ubicua en el Sur de Chile, estando presente en espacios insulares, costeros, del valle central, cordilleranos e incluso transandinos. Esta tiende a ser preponderante en el sector septentrional, en comparación a los otros dos sectores. Es difícil decir en este momento si lo anterior es reflejo de una realidad arqueológica, o si es consecuencia de un desigual énfasis en la investigación o incluso de relevamiento respecto a la presencia de esta decoración en específico. En cualquier caso, ya no podemos dudar de su carácter de cerámica local en el contexto de los grupos alfareros que habitaron el Sur de Chile.
A su vez, esta decoración se ubicaría en sitios o contextos principalmente datados (directa o indirectamente) post-1000 d.C., por tanto adscritos al Período Alfarero Tardío. En este sentido la propuesta de Quiroz y Sánchez (2005 ), quienes señalan que los incisos serían un rasgo característico de una etapa transicional entre Pitrén y El Vergel, a pesar de originarse sólo a partir de un sitio de isla Mocha, no se contrapone con los datos cronológicos relevados para el resto del sector septentrional, pese a que este elemento decorativo se mantendría hasta fechas bastante más tardías.
En este último sentido, la propuesta de Dillehay (2014 ) a partir de sitios del valle de Puren-Lumaco, pone énfasis precisamente en tiempos más tardíos, planteando el auge de la cerámica incisa en tiempos de contacto. En su interpretación esta se relacionaría con una estrategia centrada en generar una mayor cohesión social durante un periodo de cambio y crisis social. De esta forma se optaría por promover motivos decorativos más simples -los incisos- aparejado a una disminución de aquellos más complejos –los del estilo El Vergel. Sin embargo, las fechas de tiempos de contacto e históricas no son las más comunes entre los sitios registrados con fragmentos incisos en el Sur de Chile por nosotros, por tanto lo propuesto por Dillehay pudiera corresponder a una particularidad del valle de Purén-Lumaco.
Por otra parte, no debemos considerar a priori que estemos frente a un estilo decorativo más simple que lo descrito clásicamente para la alfarería El Vergel. Incluso, siendo aún muy poco lo que conocemos acerca de la cerámica decorada incisa, a la luz de los resultados de nuestro trabajo es posible plantear que esta presenta una considerable diversidad tipológica. Cabe destacar que los escasos motivos incisos identificados en los sitios analizados y en la bibliografía aluden a algunos elementos ya descritos en la alfarería de la tradición bícroma tales como clepsidras, chevrones, zigzag y líneas con pestañas. Hasta ahora, sólo fue posible identificar con seguridad esta decoración incisa en vasijas restringidas, concentrándose además en el cuerpo y sector superior de éstas. Resulta interesante destacar que también se ha observado en el estilo El Vergel una predilección en decorar este tipo de vasijas y sectores de ellas (Bahamondes 2009).
Por último, sabemos que al abordar la decoración de las vasijas se debe considerar que corresponde a un aspecto altamente visible e imitable a partir de la observación de los diseños finales, lo que facilita su dispersión a través de un territorio. Dicho eso, las recurrencias en los tipos de inciso y en algunos motivos identificados en distintos sectores del Sur de Chile dan cuenta de la existencia de ideas y códigos que circulan y son compartidos en una amplia extensión territorial y cronológica.
7.CONCLUSIONES
La cerámica decorada incisa del Sur de Chile se encuentra distribuida con bastante ubicuidad en dicho territorio. Si bien su presencia se extendería desde el primer milenio d.C. hasta tiempos históricos, esta tiende a predominar en contextos adscritos al periodo Alfarero Tardío (1000-1550 d.C.).
Su condición de material fragmentado y proveniente principalmente de contextos domésticos, explicaría en gran parte su invisibilización y falta de sistematización e integración en estudios y tipologías previos, los que han descansado en piezas completas de sitios funerarios.
Esperamos que la evaluación de la cerámica incisa presentada en este trabajo genere una revalorización de este tipo cerámico, que se refleje en una mayor visibilización, descripción y registro en futuros trabajos. En este sentido, es necesario determinar con mayor precisión los tipos de vasijas en los que se presenta, su morfología, tamaño y contextos de uso, así como también afinar la distribución espacial y cronológica de cada uno de los tipos y motivos de incisos. A nivel decorativo, es necesario abordar aspectos de la manufactura del inciso y de estas vasijas (Yurazseck y Cortés 2018).
Por último, no podemos dejar de mencionar la importancia de revisitar constantemente la literatura arqueológica existente y de integrar a nuestras investigaciones el material arqueológico atesorado en distintas instituciones y aquella información generada en el marco de EIA.
Resumen:
1.INTRODUCCIÓN
2.CONTEXTO ARQUEOLÓGICO DE LA ALFARERÍA INCISA DEL SUR DE CHILE
3.ASPECTOS TEÓRICO-METODOLÓGICOS
5.RESULTADOS
5.1.Propuesta tipológica
5.2.Distribución espacial
5.3.Aproximación cronológica
5.4.Las vasijas de la cerámica incisa: motivos y usos
6.DISCUSIÓN
7.CONCLUSIONES