Caminos que Cruzan la Cordillera: El Rol del Paso del Maipo en la Ocupación de la Cordillera en Chile Central

Roads to Cross the Mountain: The Role of the Maipo Pass in the Occupation of the Mountain in Central Chile

Luis E. Cornejo B.[i]  y Lorena Sanhueza R.[ii]

 

 

RESUMEN

Comprender la interacción entre la sociedad humana y las posibilidades y restricciones que ofrece el medio en que ella se encuentra constituye un desafío que pone a prueba algunas de las bases del pensamiento antropológico. En este artículo pretendemos ofrecer un conjunto de propuestas acerca de la manera que la cordillera de los Andes fue escenario para la vida de las sociedades preeuropeas que habitaron en Chile Central, poniendo atención en el rol que cumplieron los pasos intermontanos y sus características como lugares centrales en el tránsito. Nuestro estudio concluye que, dadas sus características topográficas, el paso del Maipo tuvo un rol protagónico en un amplio territorio entre el río Aconcagua y el Cachapoal durante la mayor parte de la prehistoria, ya que facilitó la circulación de bienes y, especialmente, la interacción social que controla dicha circulación. Esto sólo cambiaría con la presencia del inka, momento en el que el paso Cristo Redentor comienza a jugar un rol preponderante en el tránsito transcordillerano, acorde con  la nueva situación sociopolítica regional.

 

Palabras Claves: Cordillera Andina, Paso del Maipo, Interacción Social.

 

 

ABSTRACT

Understanding the interaction between human society and the possibilities and constraints offered by the environment in which it develops, is a challenge that tests some of the foundations of anthropological thought. In this article we provide a set of hypotheses about the Andes as a stage for the life of pre European societies of Central Chile, with emphasis on the role played by the intermountain passes and its features as central places in transit. Our study concludes that, given its topography, the Maipo pass had a main role along the prehispanic sequence in a vast territory between the Aconcagua and Cachapoal rivers, as it facilitated the movement of goods and, especially, the social interaction that control that circulation. The Cristo Redentor Pass had relevance in the transit between both sides of the Andes only with the inka, according to the new regional sociopolitical situation.

 

Keywords: Andean Mountain, Maipo Pass, Social Interaction.

 

 

 

PRESENTACION

El medio geográfico, especialmente sus características topográficas e hidrográficas, constituyen el escenario donde las comunidades humanas organizan su vida social, tanto en la escala de las relaciones cotidianas como en el ámbito de la interacción a larga distancia. Cada escenario brinda limitaciones y entrega oportunidades distintas, las cuales en función del modo de vida de cada grupo humano estructuran distintas organizaciones sociales. En relación a la cuenca Andina del río Maipo (Chile Central) previamente hemos planteado (Cornejo y Simonetti 1993) que muchos de los rasgos más influyentes en la vida cotidiana son aquellos que se definen localmente. No obstante, en este caso queremos poner la mirada en una escala mucho mayor, intentando definir cómo ha actuado la cordillera Andina de Chile Central, un macrorasgo geográfico, como escenario para las poblaciones de cazadores recolectores que habitaron la cordillera Andina.

 

En Chile es un lugar común referirse a la cordillera Andina como un límite natural que define y aísla el territorio nacional del resto del cono sur americano. De hecho, actualmente se le considera una importante protección fitosanitaria que ha permitido controlar pestes y enfermedades agropecuarias. A la vez, desde el punto de vista ecológico, lo que ocurre a ambos lados de la cordillera en buena parte de su extensión es diametralmente opuesto, ya que dada su altura los Andes retienen la mayor parte de la humedad que proviene del océano Pacífico en el lado oeste. Esta última característica es especialmente evidente en el segmento que aquí nos interesa, Chile Central, donde la cordillera alcanza sus mayores altitudes (sobre 6.500 msnm), definiendo los valles fértiles chilenos y la estepa semiárida argentina. No obstante esto, las sociedades del pasado y del presente de ambas vertientes han interactuado de manera continua a través del macizo cordillerano, cuestión que en el presente estudio pretendemos analizar para el periodo comprendido entre el final del Arcaico (ca 1000 aC.) y la ocupación Inka de Chile Central (ca 1400 dC.).

 

CARACTERISTICAS GEOGRAFICAS DE LOS ANDES DE CHILE CENTRAL

Cada territorio, en tanto escenario para la vida social, puede definirse en función de características que faciliten o dificulten la interacción entre las personas y los grupos. Así, por ejemplo, en ciertos lugares (p.e. Chile Austral) la densidad de los bosques obliga a utilizar el mar y los ríos como principales vías de comunicación. En otros lugares, la escasez de agua (p.e. despoblado de Atacama) implica que los viajes deben seguir los puntos señalados por las aguadas. En nuestro caso, los rasgos que resultan relevantes provienen principalmente de las características orográficas e hidrográficas de la cordillera Andina, las cuales se pueden resumir en algunos aspectos derivados de las alturas que alcanzan los Andes en un transecto relativamente corto.

La cordillera de los Andes, dado su origen tectónico relativamente reciente y la forma en que se produjo, se ubica como el segundo macizo montañoso más alto del planeta, con algunos de sus picos más altos precisamente en Chile Central. Eso implica que para cruzarla a pie, el único medio disponible en la prehistoria de esta región del mundo, se debe enfrentar un esfuerzo físico de gran magnitud, incluso cuando se utilizan los puntos de menor altitud que separan ambas vertientes. Es así como en un viaje entre el valle de Santiago (Chile) y el  río Tunayán (Argentina), se deberá enfrentar obligatoriamente altitudes superiores a los 4000 m, muchas veces con pendientes sobre los 30° en un transecto no mayor de 50 km desde el Valle Central hasta el punto más alto para cruzar la cordillera.

Por otra parte, la ubicación de esta alta cordillera de frente y a no más de 100 km al Este del océano Pacífico, la convierten en un biombo que atrapa una cantidad considerable de humedad, con una consecuente altísima retención crionival (Börgel 1983). Esto se materializa en una importante acumulación de nieve a partir de los 2000 m de altitud durante el periodo invernal, quedando los posibles pasos entre ambas vertientes totalmente cubiertos. Esto, unido a las bajas temperaturas que se alcanzan dada la altitud y latitud, hace que en la práctica la cordillera simplemente se encuentre cerrada para el tránsito pedestre durante una parte importante del ciclo anual (ca. Junio-Agosto).

A la vez, un ciclo anual con una primavera y verano de altas temperaturas, y una gran acumulación crionival invernal en las altas cumbres de la cordillera, produce una alta tasa de deshielo que alimenta cursos de agua que en primavera son muy caudalosos y, por tanto, difíciles de cruzar. Esto es especialmente cierto hacia la vertiente occidental de la cordillera, donde la diferencia de altitud entre los puntos de deshielo y el nivel de base es muy grande. Estas mismas características determinan también que el caudal de dichos cursos varíe mucho entre la primavera y el otoño, por lo que a fines del verano y principios de otoño pueden ser sólo un pequeño hilo de agua, en primavera pueden constituir un obstáculo de proporciones. Por último, el caudal de los ríos y esteros que drenan esta cordillera poseen una gran fuerza erosiva que ha tallado una compleja topografía, plagada de accidentes y obstáculos de todo tipo y que están en constante proceso de formación y transformación (escarpes, cárcavas, etc.).

Estas características geográficas de la cordillera significan que el trazado de relaciones sociales entre grupos humanos de ambos lados de la cordillera debe considerar de manera muy prioritaria cuándo y por qué vía puede ocurrir dicha interacción. Es así que tanto en el pasado como en el presente han jugado un rol trascendental en las relaciones trasandinas los pasos cordilleranos que, en términos muy simples, se pueden definir como los lugares que permiten enfrentar de la mejor manera el cruce de la línea de más altas cumbres. Obviamente y en la medida que la cordillera de los Andes en estas latitudes está compuesta de varias cordilleras longitudinales hacia el Este de la divisoria de aguas, un viaje desde cualquier punto puede significar cruzar por varios “pasos” a diferentes altitudes entre algunas de dichas cordilleras. No obstante, aquí nos concentraremos en los que se encuentran en la divisoria de aguas, ya que por su mayor altitud son los que ofrecen la más alta dificultad para el tránsito de manera pedestre.

Una revisión de estos pasos se ve facilitada por el hecho que la divisoria de aguas Andinas coincide casi completamente con la frontera chileno-argentina, razón por lo cual éstos están identificados con cierta precisión. A lo anterior se suma el hecho que una parte central de las actuales e históricas relaciones políticas, sociales y, especialmente, económicas entre Chile y Argentina, han tenido como parte de su escenario estos pasos cordilleranos.

La porción de Chile central que estamos estudiando delimita por el norte en la cuenca del río Aconcagua y por el sur en el río Cachapoal. De acuerdo a la cartografía del Instituto Geográfico Militar de Chile (1:250.000), es posible identificar un total de 15 pasos en este territorio. De norte a sur éstos serían del Rubio, de Leiva, de los Contrabandistas, Cristo Redentor o de La Iglesia, de las Pircas, de Los Piuquenes, Nieves Negras, Alvarado (Norte, Centro y Sur), del Maipo, Rio Bayo, de la Cruz de Piedra, de Molina y Las Leñas (Figura 1).

Figura 1. Área de estudio y distribución de los principales pasos entre ambas vertientes de los Andes.

Figure 1. Study area and distribution of the major passes between both sides of the Andes.

 

                De este conjunto nosotros hemos estudiado de manera arqueológica el territorio asociado a tres de ellos. Por el norte hemos realizado investigaciones en la cuenca cordillerana de los ríos Juncal y Juncalillos, tributarios del río Aconcagua. Este territorio se asocia al paso Cristo Redentor, que actualmente es la principal vía de comunicación terrestre entre Chile y Argentina, aunque el último segmento ha sido remplazado por un túnel. Hacia el centro nuestras investigaciones se han concentrado en la parte más alta de la cuenca del río Maipo, vinculado directamente con el paso del Maipo, aunque se asocian a él también los pasos de Alvarado, Río Bayo y Cruz de Piedra. Por último, en el sur hemos estudiado la cuenca del río Las Leñas, tributario del río Cachapoal, y que se vincula al pasoLas Leñas.

Si bien no existe una caracterización topográfica precisa de cada uno de estos pasos, a partir de la información de la cartografía IGM (1:50:000) es posible caracterizarlos de acuerdo a los parámetros registrados en la Tabla 1. La altitud se expresa en metros sobre el nivel del mar. El ancho, expresado en metros, se refiere a la amplitud del abra o portezuelo intermontano por donde es posible el tránsito. Por último, la gradiente representa la diferencia en metros entre la altitud del paso y un punto aguas abajo hacia el W, fijado arbitrariamente en una distancia de cinco kilómetros. Estas tres variables pretenden graficar el grado de dificultad que cada uno de ellos representa para el recorrido a pie entre ambas vertientes, de manera tal que mayor altitud, mayor gradiente y menor ancho representarían un paso más difícil de trasponer, mientras que menos altitud, menor gradiente y mayor ancho corresponderían a uno de más fácil tránsito.

Paso

Altitud

Ancho

Gradiente

Cristo Redentor

(Río Aconcagua)

3830 m

204 m

923 m

Maipo

(Río Maipo)

3429 m

2190 m

179 m

Las Leñas

(Rio Cachapoal)

4027 m

760 m

1027 m

Tabla 1. Características topográficas de los pasos

Table 1. Topographical features of the passes

 

Estamos conscientes que se debieran considerar muchas otras variables para definir con precisión qué ruta sería mejor para unir ambas vertientes, tales como la cantidad de veces que el camino cruza ríos torrentosos, la cantidad de escarpes de difícil tránsito o la presencia de buenos lugares para refugiarse durante el viaje. No obstantes, dichas variables son más propias del camino a seguir para llegar al paso trasandino, trayecto que es imposible de precisar hoy en día. No existe una población que continuara con la tradición precolombina de transitar por esta compleja topografía cordillerana de Chile Central y el fuerte impacto de las huellas de arrieros, que por cierto se rigen por la lógica del caballo y transporte de ganado bovino, ha obliterado posibles evidencias de senderos antiguos.

A partir de las variables definidas para estos pasos, es evidente que el paso del Maipo resulta ser el que desde el punto de vista topográfico brinda mayores facilidades para el tránsito interandino. Es más bajo, por lo tanto estaría despejado de nieve durante un periodo más largo de tiempo. Es de gran amplitud, lo que permitiría, por ejemplo, el tráfico de grupos independientes de viajeros sin tener que interactuar. Por último es el de menor gradiente, lo que significa que representa un menor esfuerzo físico cruzarlo.

 

LAS EVIDENCIAS ARQUEOLOGICAS

Los estudios que hemos realizado en los valles que acceden directamente desde el Oeste a estos pasos han comprendido básicamente prospecciones sistemáticas, sondeos y excavaciones en algunos de los sitios reconocidos. La información obtenida a partir de estos trabajos de campo, junto con evidencias publicadas por otros investigadores, dibujan un panorama muy diverso, ya que cada una de las tres localidades estudiadas arroja resultados distintos.

 

Paso Las Leñas

Por el sur el territorio estudiado corresponde al valle de Las Leñas, tributario del río Cachapoal. Este se prospectó completo desde la confluencia de los ríos Las Leñas y Cachapoal, en la parte más baja, hasta unos 3 km antes del paso Las Leñas1 en la parte más alta (Figura 2).Se cubrió un total de 18 km2, compuestos de todas las terrazas fluviales y las laderas de menor inclinación de la localidad (Figura 2). La intensidad de la prospección varió entre 50 y 100 m. Laderas de mayor inclinación sólo se prospectaron en la medida que eran visibles bloques rocosos que eventualmente pudieran contener aleros. No se prospectó las quebradas menores que caen al curso principal.

Pese al esfuerzo invertido en esta prospección (200 horas/hombre), no se encontró ningún elemento prehispánico, fuera éste un hallazgo aislado o una concentración de materiales2. En la prospección se encontraron varios aleros de muy buen reparo, que normalmente son un buen indicador de ocupaciones prehistóricas, pero que sólo presentaban evidencias subactuales, probablemente producto del activo rol en el tráfico de ganado que tuvo este paso hasta mediados del siglo XX.

Figura 2. Área prospectada en el acceso al paso Las Leñas

Figure 2. Surveyed area in access to Las Leñas pass.

 

Estas evidencias indican que este paso no se utilizó en tiempos precolombinos para el tránsito entre ambas vertientes andinas, lo que contrasta con la presencia de evidencias originarias del Valle Central de Chile en sitios trasandinos cercanos a este paso. Uno de los mejores ejemplos se encuentra en la cuenca del río Atuel, a unos 20 km al Este del paso Las Leñas, en el sitio El Indígeno (Lagiglia et al.1994).Ahí se ha registrado la presencia de fragmentos de alfarería de los tipos Llolleo y Aconcagua Salmon (Falabella et al. 2001, Sanhueza et al.2004), correspondientes a los periodos Alfarero Temprano y Alfarero Intermedio Tardío de Chile Central (PAT y PIT en adelante). Así, los datos sugieren que la circulación de personas y bienes desde el Valle Central chileno hacia las ocupaciones trasandinas como las mencionadas, no siguió lo que aparentemente sería el camino más corto entre ambos puntos, por el curso del río Cachapoal, pasando por Las Leñas y llegando a la cuenca del Atuel. Es más, esto resulta consonante con las escasas ocupaciones de cazadores registradas en general para la cuenca cordillerana del río Cachapoal como conjunto (Cornejo 2004).

 

Paso Cristo Redentor

En el extremo contrario de la región de estudio, se prospectó la cuenca del río Juncalillo, desde su confluencia con el río Juncal, hasta 3 km del paso Cristo Redentor3, y la mayor parte del curso cordillerano del río Juncal y su base, el río Aconcagua, hasta el borde del glacial Juncal (Figura 3). En este lugar se prospectó en base a un muestreo probabilístico que cubrió  13.5  km2, equivalente al 28.4 % del universo definido. La prospección tuvo una intensidad de entre 50 y 100 m.

El registro arqueológico detectado en esta localidad es variado, incluyendo sitios a cielo abierto y aleros (Tabla 2). En todos ellos se observaron evidencias superficiales de materiales líticos y alfareros, pero para la fase de evaluación por sondeos se eligieron principalmente aleros y sólo un par de sitios al aire libre. Esta decisión se basó en que la mayor parte de los sitios al aire libre no presentaban muchas posibilidades de contener estratigrafía. Igual cosa ocurrió con seis sitios con paneles de arte rupestre.

Figura 3. Área prospectada y sitios arqueológicos estudiados en el acceso al paso Cristo Redentor.

Figure 3. Surveyed area and archaeological sites studied in access to Cristo Redentor pass.

 

Paso

Abierto

Alero

Estructuras

Total

Cristo Redentor

(Río Aconcagua)

20

34

4

58

Maipo

(Río Maipo)

15

6

98

119

Las Leñas

(Rio Cachapoal)

0

0

0

0

Tabla 2. Tipos y cantidades de sitios arqueológicos registrados en cada localidad.

Table 2. Types and quantities of recorded archaeological sites in each locality.

 

Se sondearon 14 aleros en el río Juncal, ubicados entre los 1200 y 2200 m, de distintas características físicas y capacidad de reparo y en ambas laderas del valle. En todos estos casos el sondeo consistió en al menos dos pozos de 50 x 50cm. En el conjunto de aleros estudiados se verificaron tres situaciones distintas. En primer lugar, cinco aleros(35/3, 35/4, 35/4-2, 35/4-3 y 35/4-4) ubicados en torno a la localidad Ojos de Agua (2100 msnm), presentaban una ocupación cerámica diagnóstica de tiempos inkaicos, lo cual es perfectamente coherente con la presencia en el lugar del tambo inka Ojos de Agua (Coros y Coros 1999,Stehberget al. 2004,Garceauet al.2010). En segundo lugar, aguas abajo de ese punto, los ocho aleros estudiados (33/1, 33/2, 33/3, 33/4,29/2, 27/1y 15/3) tenían ocupaciones muy efímeras representadas por un par de desechos líticos y uno que otro fragmento de alfarería. Por último, en el alero Guardia Vieja, ubicado en la localidad del mismo nombre a 1900 msnm, se detectó una ocupación más densa, caracterizada por desechos de talla, algunos instrumentos y abundantes restos osteofaunísticos. Dada la ausencia de alfarería es posible suponer que esta ocupación sería de cazadores recolectores Arcaicos, sin embargo el sitio se encuentra completamente disturbado en su interior por ocupaciones modernas, mientras que en el exterior sólo existe un pequeño espacio donde el sondeo mostró una ocupación no alterada, aunque desafortunadamente sin material orgánico suficiente para fechar la ocupación.

                Por su parte se sondearon tres sitios al aire libre, con intervenciones de similares características a las utilizadas en los aleros. En la parte más alta de la cuenca, cerca de los 2500 msnm, el sitio Caracoles presentó evidencias de una ocupación de horticultores PAT, aparentemente un campamento de tareas de pequeñas dimensiones localizado cerca del estero Juncalillo. Un poco más abajo (2100 msnm) en una terraza del río Juncal se sondeó el sitio al aire libre 35/8 que demostró ser producto de una ocupación muy efímera, con algunos desechos líticos y fragmentos cerámicos no diagnósticos. Por último, más o menos al centro del área de estudio, a 1300 msnm, se intervino un sitio al aire libre asociado a una piedra tacita (18/1), que demostró ser un pequeño campamento residencial de horticultores PAT.

En síntesis, los datos aportados remarcan una ocupación muy poco intensiva de esta área hasta tiempos inka, momento en el cual el paso Cristo Redentor tuvo una importancia gravitante en relación a la presencia en Chile Central del Tawantinsuyu, tal como lo demuestran el tambo, los aleros y los relatos etnohistóricos (Cortos y Coros 1999, Garceau 2009, Stehberg et al. 2004). Obviamente esto contrasta con la fuerte señal generada por la caverna Piuquenes, ubicada en el río Blanco, tributario del Juncal, a sólo unos 4 km de los sectores por nosotros estudiados. Esta caverna (Belmar et al. 2005,Stehberget al. 2005) presenta una secuencia que llega hasta el inicio del Arcaico, demostrando ocupaciones estivales en torno a una paleolaguna que existió en el lugar. No obstante, a juzgar por la escasa evidencia de ocupación preinkaica en cotas superiores de la cuenca del río Juncal, estos grupos, en la mayor parte de la secuencia ahí representada caracterizados como cazadores recolectores, aparentemente no tuvieron mucho interés en subir por el río Juncal y ocupar aleros que ofrecían abundante reparo y ubicaciones estratégicas. Suponemos entonces, que para ellos tampoco fue atractivo utilizar el paso Cristo Redentor, al menos, de manera frecuente.

 

Paso del Maipo

En el centro del área de estudio, sin embargo, ocurre una situación diametralmente distinta. Nuestras prospecciones en el curso superior del rio Maipo han cubierto desde las vegas del río Blanco, en su confluencia con el Maipo a 2000 m de altitud, hasta las nacientes del río Maipo, precisamente en el paso del Maipo, a 3470 m de altitud (Figura 4). En este caso se muestrearon dos segmentos, los cuales fueron recorridos con una intensidad de entre 100 y 50 m hasta cubrir 11.24 km2, lo que equivale al 28.7% de las áreas definidas como universo, registrándose una variedad de sitios arqueológicos que incluyen sitios al aire libre, aleros y estructuras pircadas (Tabla 2). Algunos de estos sitios fueron excavados y/o sondeados, configurándose un panorama complejo que incluye asentamientos desde el Arcaico III hasta el Periodo Alfarero Tardío o inkaico (Tabla 3).

Figura 4. Área prospectada y sitios arqueológicos estudiados en el acceso al paso del Maipo.

Figure 4. Surveyed area and archaeological sites studied in access to Maipo pass.

 

Se registraron cuatro asentamientos de cazadores recolectores del Arcaico, con cronologías que cubren el Arcaico III y IV. Los cuatro son sitios al aire libre y corresponden a ocupaciones tanto de paso como a campamentos residenciales estacionales. A un poco de más de 4 km del paso, los sitios Las Perdidas (3290 msnm) y Vega Linda (3240 msnm), contienen ocupaciones que comienzan en el Arcaico IV pero que continúan hasta el PAT, en el caso de Las Perdidas, y hasta el PT en el caso de Vega Linda, como veremos más adelante. Los otros dos sitios, Holoceno (2150 msnm) y El Plomo (2050 msnm), se encuentran en el entorno de la confluencia de los ríos Blanco y  Maipo y sólo presentan ocupaciones arcaicas. De modo sugerente, los cazadores recolectores Arcaicos no utilizaron los aleros y cuevas disponibles en la región.


Sitio

Características

PeriodoA

Intervención

Cronología Absoluta

UTM E

UTM N

Rio Blanco

Alero

PAT

Excavado

TL 590 a 850 d.C.B

TL 1030 a 1210 d.C.C

400220

6226700

Pampa Avión 1

Alero

PIT-PT

Excavado

C14 1300 a 1440 d.C.

398400

6228870

Las Damas

Alero

PAT-PIT-PAT

Excavado

C14 1530 a 1950 d.C.

395162

6237729

Las Tórtolas

Alero

PAT ? -PT

Excavado

*

416404

6216642

Holoceno

Sitio abierto con líticos

Arc IV

Excavado

C14 3360 a 3020 a.C.

C14 3260 a 2910 a.C.

C142900 a 2490 a.C.

403888

6226612

Arenal

Sitio abierto con cerámica y líticos

PAT-PIT

Sondeado

TL 195 a 525 d.C.

TL 420 a 730 d.C.

400161

6227245

El Plomo

Sitio abierto con líticos

Arc III y IV

Sondeado

C14 3950 a 3660 a.C.

C141510 a 1390 a.C.

400849

6227025

La Terraza

Sitio abierto con cerámica y líticos

PIT

Sondeado

*

400386

6227278

Vega Linda

Bloque con estructuras

Arc IV-PAT-PT

Sondeado

C14 800 a 540 a.C.

C14800 a 530 a.C.

421239

6211622

El Olvido

Estructuras circulares

PAT

Sondeado

C14 140 a 380 d.C.

C1490 a 320 d.C.

420943

6211651

Las Perdidas

Estructuras circulares

Arc IV-PAT

Sondeado

C14 2130a 1890 a.C.

C1430 a 230 d.C.

421838

6211560

Juan Román

Estructuras circulares

Arc ?

Sondeado

*

421911

6212038

El Aro

Estructuras circulares

PAT

Sondeado

*

420860

6211972

Las Covachas

Estructuras circulares

PAT

Sondeado

*

420787

6212001

Puente de Tierra

Alero

PAT-PIT

Sondeado

*

404504

6226940

Puente de Tierra

Estructuras rectangulares inkas

PT

Sondeado

*

404506

6226935

Buena Vista

Bloque con estructuras

PT

Sondeado

*

420395

6211707

Cruz de Piedra B

Bloque con estructuras

PT

Sondeado

*

412616

6218258

Cruz de Piedra C

Bloque con estructuras

PT

Sondeado

*

412648

6218237

Cruz de Piedra I

Bloque con estructuras

PT

Sondeado

*

412617

6218296

Los Flojos A4

Bloque con estructuras

PT

Sondeado

C14 1440 a 1630 d.C.

417296

6215783

Los Flojos A9

Bloque con estructuras

PIT

Sondeado

*

417530

6215544

Los Flojos A18

Bloque con estructuras

PT

Sondeado

*

417905

6215369

Tabla 3. Sitios arqueológicos estudiados en el curso superior del río Maipo (A Arc: Periodo Arcaico. PAT: Periodo Alfarero Temprano. PIT: Periodo Alfarero Intermedio Tardío. PT: Periodo Alfarero Tardío; B TL: Termoluminiscencia; C Las fechas de radiocarbono fueron calibradas con el Programa Calib 6.0, utilizando la curva SHcal04 y se presentan con el rango de 95% de  probabilidad; *Sin fecha. Asignación cronológica en base al contexto).

Table 3. Archaeological sites studied in the upper Rio Maipo (AArc: Archaic Period. PAT: Early Ceramic Period. PIT: Late Intermediate Ceramic Period. PT: Late Ceramic Period; B TL: Thermoluminescence; C Radiocarbon dates were calibrated with Calib 6.0 software, using the curve SHcal04 and presented with the range of 95% probability.* No date. Chronological assignation based on the context)

 

                Para el periodo Alfarero Temprano se registraron siete asentamientos al aire libre de cazadores recolectores, en gran medida continuadores de la tradición arcaica, pero usuarios de vasijas cerámicas estilísticamente PAT, especialmente asociada con Llolleo. Esta situación ya ha sido propuesta para la parte norte del Maipo (Cornejo y Sanhueza 2003), pero en este caso hemos postulado que se trataría de un grupo social distinto a los de la cuenca cordillerana norte del río Maipo (Cornejo y Sanhueza 2010). Sus asentamientos, además de una tecnología lítica de énfasis curatorial y alfarería no producida localmente, se caracterizarían por la utilización de estructuras circulares tipo pozo como refugio. En sitios como Las Covachas (3190 msnm),  El Aro (3200 msnm) o El Olvido (3240 msnm), localizados todos muy próximos al paso del Maipo, se han registrado entre tres a siete estructuras, definidas por una pirca que delimita los bordes exteriores de una oquedad circular levemente excavada en el suelo, que hemos definido como “patrón constructivo Perdidas” (Cornejo y Sanhueza 2010). Las fechas obtenidas hasta ahora ubican estos asentamientos especialmente dentro de los primeros 500 años de nuestra era.

                Un caso particular dentro de este conjunto lo constituyen los sitios Vega Linda y Las Perdidas, donde las estructuras de la ocupación de cazadores recolectores del PAT se encuentran sobre estratos del Arcaico IV, como se señaló anteriormente. En ambos sitios los estudios realizados no permiten por ahora ser categóricos sobre si el patrón constructivo de estructuras circulares claramente asociado con la ocupación PAT tendría sus orígenes en las ocupaciones Arcaico IV. 

Este tipo de asentamiento ha sido identificado también en la inmediata Laguna del Diamante con características y cronología similares (Duran et al. 2006) y creemos que son parte de una tradición de sitios habitacionales estacionales de alta montaña, que tiene su ejemplo más complejo en el sitio El Indígeno (Lagiglia et al.1994, Lagiglia 1997).

                De manera excepcional se registró también un sitio al aire libre, El Arenal (2050 msnm), asociado a una gran concentración de manos de moler, con cronología PAT y alfarería sin elementos diagnósticos. Este asentamiento por ahora no puede ser integrado fácilmente en este análisis, básicamente por la carencia de otros sitios similares y lo poco diagnóstico del contexto.

                Para tiempos tardíos la situación es un poco más compleja. En Puente de Tierra, a uno 30 km al NWdel paso, lugar llamado así precisamente por la existencia en el lugar de un puente natural bajo el cual pasa el caudal del Maipo, hemos reconocido un  asentamiento Inka (Cornejo 2008). Este se caracteriza por la presencia de dos estructuras rectangulares construidas con técnica de doble muro con relleno y orientadas perfectamente E-W. Dentro de una de ellas hay un bloque rocoso con un grabado serpentiforme, motivo asignado a tiempos inkaicos (Valenzuela et al. 2004). A unos metros de los recintos hay un monolito rectangular, probablemente un topu que nos ha hecho proponer que este punto sería una especie de frontera inkaica (Cornejo 2008).

                A partir de Puente de Tierra hacia el paso, e incluso en el mismo lugar, se han registrado 88 sitios que presentan un segundo patrón constructivo, que hemos llamado “Vega”, y que se caracteriza por el aprovechamiento de un bloque rocoso de tamaño considerable, al cual se le han adosado pircas como paraviento orientado aguas abajo del río, desde donde sopla el fuerte viento que caracteriza esta región. Estas pircas generalmente no están cerradas por el lado opuesto al viento. Desde el punto de vista cultural, este patrón se asocia con la presencia en superficie de fragmentos de vasijas de cerámica comunes en el Valle Central en tiempos inka, especialmente pucos rojo pulidos con decoración interior blanco y negro y pucos engobados blancos con decoración roja y negra. Sondeos realizados en sitios como Buena Vista, Los Flojos (conjuntos A4 y A9) y Cruz de Piedra (B y C) demuestran que la única ocupación del sitio, correspondiente al periodo Tardío se relaciona estratigráficamente con las estructuras del patrón Vega en ellos presentes. Una situación distinta ocurre en el ya referido sitio Vega Linda, donde en la parte superior de la ocupación es posible ver la asociación estratigráfica de las estructuras tipo Vega ahí presentes con alfarería de tiempos inkaicos, sobrepuesta a una ocupación del PAT y otra Arcaica.

                Este panorama tardío, sin embargo, deja en claro que no se observa una clara presencia de asentamientos ocupados durante el PIT, que cubre al menos 500 años de la prehistoria de Chile Central, caracterizándose por el desarrollo de la llamada cultura Aconcagua (ca. 900 a 1400 d.C.). Esto contrasta con lo que ocurre en el curso inferior cordillerano del Maipo, al menos hasta los 1300 m de altitud, donde se han registrado varios campamentos residenciales de esta población (Cornejo et al. 1999, Cornejo 2000). Esto no significa que algunos de sus elementos diagnósticos no aparezcan en la zona cercana al paso del Maipo y, de hecho, en algunos de los sitios con el patrón Vega se han recolectado fragmentos de cerámica Aconcagua Salmón, pero su presencia en la alta cordillera del Maipo parece estar asociada a las ocupaciones de tiempos inka.

                El registro de sitios prehispánicos incluye los aleros Las Tórtolas (2950 msnm), Río Blanco (2100 msnm), Pampa Avión 1(2050 msnm) y Las Damas (1800 msnm). La presencia en su contexto de fragmentos cerámicos indicaría que se trata de ocupaciones de los periodos alfareros, sin embargo el énfasis tecnológico expeditivo de su industria lítica no las relacionaría con los grupos de cazadores recolectores de tiempos alfareros identificados en los sitios con estructuras antes mencionados. Pese a que la alfarería de estos sitios presenta elementos diagnósticos de grupos alfareros del Valle Central, por ahora no es posible atribuir estas ocupaciones a dichos grupos.

                En tiempos históricos y actuales, tanto los sitios con presencia de refugios pircados tipo Vega o Perdidas ha sido reutilizados por arrieros y otras personas que han recorrido la parte más alta del río Maipo, camino al paso trasandino como a las vegas en que nace este río.

 

DISCUSIÓN

Los datos de la cordillera de Chile Central, al menos en el tramo que trascurre entre los valles del río Aconcagua  y Cachapoal, señalan con claridad que el macizo andino fue un elemento central en la modelación de las relaciones sociales transandinas, conformándose distintos escenarios según el momento histórico particular.

Durante el Arcaico y el primer milenio de nuestra era claramente sólo el paso del Maipo jugó un papel preponderante. Este, al ser el de menor altitud, menor gradiente y mayor amplitud, es decir ser el de más fácil trasposición de manera pedestre, facilitó un escenario social en el cual podrían estar involucrados, sino todos, la mayor parte de los individuos de un grupo social. Esto se contrapone con las condiciones de los otros pasos aquí analizados, los que dado su mayor dificultad serían más aptos para la interacción sólo entre aquellos individuos más aptos para enfrentar sus duras condiciones, tal vez bajo la forma de grupos de tarea.

Esta hipótesis parece tener una contrastación en la complejidad de algunos de los sitios estudiados en el paso del Maipo, especialmente aquellos caracterizados por el patrón constructivo Perdidas perteneciente a cazadores recolectores del PAT. Este patrón representa ocupaciones con un grado de preparación del asentamiento que no se observa en otros lugares de cordillera andina de Chile Central, señalando probablemente estadías prolongadas, obviamente en los meses de verano. A la vez, el hecho que en casi todos los sitios del patrón Perdidas aparezcan varios recintos cercanos, podría sugerir la presencia simultánea de varias unidades residenciales.

De hecho, el paso del Maipo se presenta como un espacio mucho más complejo que un simple lugar de tránsito entre vertientes cordilleranas, ya que a partir de su topografía y recursos, como las vegas, lagunas y su fauna asociada, sumado a las fuentes de obsidiana localizadas en los faldeos del volcán Maipo (De Franco et al. 2006), propicia asentamientos más prolongados por parte de ciertos grupos, como las poblaciones asociadas al patrón Perdidas. Al respecto, hemos postulado que ésta correspondería a una población distinta a la del norte del Maipo, y formaría parte de una comunidad de cazadores recolectores que se extendería hacia las cuencas trasandinas delos ríos Diamante yAtuel en Argentina (Cornejo y Sanhueza 2010).

El área del paso del Maipo también se constituye en un escenario donde se pone en evidencia  una compleja circulación de bienes entre distintos grupos sociales.  La obsidiana proveniente de la Laguna del Diamante y especialmente de su subfuente Paramillos, está presente a lo largo de toda la cuenca cordillerana del Maipo, e incluso en sitios Arcaicos y PAT de la cuenca de Santiago en el Valle Central4. El hecho que esta materia prima sea notoriamente más abundante en los sitios de la cuenca superior del Maipo, nos sugiere que estos grupos tuvieron un papel activo en la circulación de esta materia prima aguas abajo, donde se ven involucrados tanto otros grupos móviles del Arcaico y PAT, así como los grupos horticultores de la cuenca de Santiago.

Por su parte, la presencia de vasijas del tipo Llolleo Inciso Reticulado en los sitios abiertos con estructuras del patrón Perdidas nos sugiere que la cerámica, o al menos cierta categoría de vasijas, especialmente las decoradas con incisiones reticuladas en el cuello, son otro componente de esta circulación de objetos entre grupos, en este caso con una direccionalidad contraria. De hecho, la presencia recurrente de este tipo de vasijas en recintos con estructuras al otro lado de la divisoria de aguas, como en LD4 (Durán et al.2006) e incluso más al sur en El Indígeno (Lagiglia et al. 1994, Sanhueza et al.2004) muestran que esto no es un hecho aislado u ocasional.

Para el periodo Tardío, la ocupación de la cordillera cambia en función de las transformaciones sociopolíticas en que se vieron involucradas las poblaciones de ambas vertientes.

El paso del Maipo siguió siendo profusamente ocupado, tal como lo evidencia los numerosos sitios adscritos al patrón constructivo “Vega”. De hecho, la obtención de vasijas provenientes de los valles de Chile Central parece incluso haber sido mucho más gravitante en la interacción entre ambos lados de la cordillera, cuestión que incluso puede haber funcionado como un efecto de la frontera que hemos propuesto estaría marcando el sitio inka de Puente de Tierra en este territorio (Cornejo 2008). Los contextos asociados a los sitios del patrón Vega, dada su tecnología lítica, serían ocupaciones de cazadores recolectores que dejaron entre sus basuras una alta frecuencia de fragmentos de vasijas decoradas venidas desde el Valle Central5 y sus asentamientos se encuentran especialmente a partir del sitio Puente de Tierra y desde ahí hasta el paso del Maipo mismo. Esto sugiere que cazadores recolectores de la cuenca cordillerana del río Atuel, que incluirá la Laguna del Diamante y el mismo paso del Maipo, estarían entrando en contacto con el Inka y desde ahí adquiriendo vasijas decoradas, probablemente como parte de intercambios.

                Ciertamente, nuestro registro es fragmentario respecto a los posibles objetos de circulación, ya que se restringen a aquellos que han tenido la posibilidad de sobrevivir hasta nuestros días, como la cerámica y el lítico. Sin embargo, la información etnohistórica disponible para los  momentos más tempranos nos muestran un fluido intercambio de bienes entre grupos cordilleranos y aquellos que habitaban en el valle, que incluía plumas de ñandú  y mantas de cuero (Vivar1979 [1558]:164).

Por otra parte, el paso del Cristo Redentor comienza a jugar un rol preponderante, pero asociado a otros grupos de personas y con otra dinámica. Es así como se puede observar las presencia de “puntos” en el espacio, asociados a la red vial inka, ocupados y habitados bajo una modalidad que involucra varias locaciones asociadas e integradas, como lo sugieren los numerosos aleros con evidencias de ocupación que circundan el tambo Ojos de Agua. Esta ocupación, a diferencia de la que se da en el paso del Maipo, está en función del tránsito entre ambas vertientes de la cordillera, vinculada al camino inka. La elección de este paso por sobre el del Maipo por parte del inka, sin duda responde a decisiones político administrativas propias, donde la relaciones con las poblaciones locales de ambas vertientes y la conexión entre ambos ramales de la red vial jugaron roles relevantes.

Agradecimientos: Este trabajo es producto del proyecto FONDECYT 1060228

 

Notas

1 Esta prospección se realizó en el marco del proyecto FONDECYT 1030667. El último tramo de 3 km hasta el paso mismo no alcanzó a ser prospectado por problemas de tiempo y por la presencia de nieve. 

2 Una persona de la localidad dijo haber encontrado una vez una punta de proyectil.

3 Los últimos 5 km antes del paso no se prospectaron dadas la complicaciones administrativas derivadas del hecho que en ese lugar la circulación se encuentra restringida por Adunas, Policía Internacional y Migraciones de la frontera chilena.

4 Datos inéditos obtenidos en enero de 2010 a partir de análisis de FRX realizados por M. Glascock y M. Giesso en el laboratorio de Geoarqueología de la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina.

5 Buena Vista 45.5%, Los Flojos A4 15.8%, Los Flojos A9 100%, Cruz de Piedra: 26.2% y Vega Linda 9.8%.

 

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Vivar, G. 1979 [1558]. Crónica y relación copiosa y verdadera de los reinos de Chile. ColoquimVerlag, Berlin.


 




[i]Museo Chileno de Arte Precolombino. Bandera 361, Santiago de Chile. Correo-e: lcornejo@museoprecolombino.cl

 

[ii]Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile. Ignacio Carrera Pinto 1045, Ñuñoa, Santiago de Chile. Correo-e: loresan@uchile.cl

 

Recibido: Julio 2010.    Aceptado: Enero 2011.