La criptosporidiosis es una enfermedad parasitaria del tracto digestivo producida por protozoos del género Cryptosporidium. Aunque las especies de este agente se han descrito desde comienzos del siglo veinte, solo a fines de éste, se ha reconocido como un patógeno ampliamente distribuido y como una amenaza para la salud pública. En los seres humanos y algunas especies animales, es considerado un agente emergente dado su reciente hallazgo en nuevas áreas geográficas del mundo o por su descripción en nuevas especies animales. En tanto que también se ha reportado su re emergencia por el aumento de la prevalencia de este patógeno en poblaciones humanas o animales. El primer brote de criptosporidiosis transmitido a través del agua, fue descrito en 1984, y desde ese año numerosos autores han evidenciado la presencia de este endoparásito en aguas de superficie, aguas de piscina, aguas residuales no tratadas e incluso en redes de agua potable, sugiriendo su rol como agente etiológico de diarrea. Su hallazgo frecuente en el agua potable, evidencia que los métodos de potabilización del agua no serían completamente eficientes en la separación o inactivación de este endoparásito. La persistencia y diseminación de éste protozoo en el ambiente y el agua potable se sustenta en tres hechos biológicos: (1) Sus ooquistes son inmediatamente infectantes, (2) tienen un tamaño pequeño y (3) resisten las condiciones medio ambientales, tanto como la acción de desinfectantes convencionales, así como los procesos físicos de tratamientos de aguas. Los métodos de diagnóstico de laboratorio son diversos y pueden variar según el origen de la muestra. Así por ejemplo existen protocolos y estudios tanto de técnicas microscópicas, como inmuocromatográficas y moleculares como PCR, para ser utilizados tanto en muestras del medio ambiente como en aquellas provenientes de pacientes. El desarrollo de estas últimas técnicas para el diagnóstico, ha permitido identificar a Cryptosporidium hominis y C. parvum como aquellos que con mayor prevalencia infectan al hombre. En Chile, es un agente endémico y está descrito en una serie de animales domésticos, así como también en los seres humanos. Si bien, los estudios de esta parasitosis se iniciaron en humanos y animales a mediados de la década de los 80', solo recientemente existen antecedentes bibliográficos de laboratorios que han realizado protocolos de detección de este agente zoonótico en esta matriz.
Molina, R., Mercado, R., & Fredes, F. (2010). Importancia de la detección del protozoario zoonótico Cryptosporidium parvum en muestras de agua en Chile. Avances En Ciencias Veterinarias, 25(1-2). https://doi.org/10.5354/acv.v25i1-2.18294