La estructuración de paisaje cazador: Interrelaciones entre personas y vicuñas en el área del salar de Antofalla, Provincia de Catamarca, Argentina

Autores/as

  • Enrique Moreno

Resumen

Las vicuñas han sido un recurso relevante en la economía de las
poblaciones humanas de la región andina desde hace 10.000 años hasta la actualidad. Sin embargo, la manera en la que estos animales fueron atrapados continúa siendo hasta el momento un interrogante poco explorado desde la literatura especializada. Esto se puede explicar debido a que la interacción entre humanos y vicuñas no se reduce simplemente al control de los primeros, sino que las segundas también imponen sus decisiones y sus comportamientos complejizando la posibilidad de la caza. Además, el espacio y la tecnología también juegan un rol relevante en esta relación. Es por ello que la cacería de vicuñas debe ser comprendida como una red de relaciones que sustentó y en la cual se sustentaron estos fenómenos en la Puna de Atacama. Pero ahora bien, ¿cómo podemos analizar estas manifestaciones desde la arqueología? Una de las opciones más ricas para enfrentar este hecho social es el paisaje, ya que el mismo es estructurado, organizado, preparado por parte de los cazadores para lograr apropiarse de este recurso. Asimismo, este paisaje también se encuentra demarcado por parte de las vicuñas, por ejemplo a través de los caminos que utilizan en repetidas oportunidades y que son sus vías de escape en caso de encontrarse acorraladas. En este trabajo pretendemos mostrar algunas huellas de la estructuración de este paisaje en el área del Salar de Antofalla, Depto. Antofagasta de
la Sierra, Provincia de Catamarca, Argentina, analizando su relación
con las actividades de caza y proponiendo algunas categorías de análisis relevantes para discutir esta problemática. Pensando el paisaje como un conjunto de relaciones entre diferentes factores que entran en juego en el desarrollo de la vida cotidiana, la metodología que hemos desarrollado para llevar adelante esta investigación se basa en la sistematización de la información de prospecciones intensivas de la quebrada de Antofalla, generando un modelo del espacio en el cual se marcan aquellos sectores aprovechados por los cazadores para atrapar a las vicuñas y explicando cómo pueden haber sido estos procesos. En este sentido entran en juego tanto la topografía como los recursos, las evidencias arqueológicas y las áreas donde se mueven rutinariamente las vicuñas.